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Todo es moda en Brasil

Juan Arias

Todo es moda en Brasil. No sólo Lula está de moda, aquí y en el mundo, hasta en China. Lo están, por ejemplo, las telenovelas, fuertemente sensuales, que este pais exporta al mundo entero. Dicen que los rusos enloquecen con ellas. Pero están de moda tambien algunos de los ministros de Lula, sobre todo el de Cultura, el cantautor Gilberto Gil. Tan de moda, que en Brasilia se ha convertido en atracción turística no sólo su perona, sino hasta su mismo despacho. Los extranjeros piden a las agencias "pasar por lo menos debajo de la ventana" donde él trabaja. El otro día un grupo de 25 alemanes insistieron tanto y removieron cielo y tierra hasta que consiguieron que los subieran al despacho de Gil, que estaba en Europa. Enloquecidos, sacaron fotos hasta de las paredes del despacho. Está de moda Gil y lo están los biquinis, cada vez más coloridos y osados, como se ha visto en los desfiles de São Paulo y Río. Y lo último de la moda empieza a serlo la creación de ropa íntima femenina. Que lo diga si no la estilista carioca Domitila, creadora de minibragas bordadas en croché y lentejuelas, que exporta desde a los Estados Unidos hasta a España. El último fin de semana, sólo para turistas, vendió en su tienda de Río de Janeiro 300 pares de sus bragas. Entre sus clientes extranjeras figura ya, por ejemplo, Helen Svedin, la mujer de Figo. ¿Y cuántas más?

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