Aznar tardó una semana en aprobar un plan de seguridad tras el 11-M

El Gobierno del PP, presidido por José María Aznar, tardó una semana, tras los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid, que se saldaron con 190 muertos y 1.500 heridos, en aprobar un amplio plan de seguridad para hacer frente a la nueva amenaza terrorista. La Comisión Delegada para Situaciones de Crisis no fue convocada hasta el 17 de marzo, tres días después de las elecciones generales, pese a que el comando que perpetró los ataques contra los trenes estaba intacto y disponía aún de unos 50 kilos de Goma 2.

La reunión del 17 de marzo fue la primera del gabinete de crisis tras la matanza de Madrid, ya que el encuentro que mantuvo Aznar con algunos colaboradores en La Moncloa el 11-M por la mañana tuvo carácter informal y no se adoptó ningún acuerdo. El plan de seguridad empezó a prepararse el lunes 15 por la tarde y su principal novedad fue la incorporación de las Fuerzas Armadas.

En Francia, el Plan Vigipirate, que implica a los militares en la vigilancia de aeropuertos o estaciones de tren, se activó el 12 de marzo. El canciller alemán, Gerhard Schröder, reunió al gabinete de seguridad el 14. Ese mismo día, Italia movilizó a su Ejército.

Fuentes del anterior equipo de Interior sostienen que aprobar el plan no era urgente, dado que las fuerzas de seguridad ya estaban en alerta por las elecciones, pero este dispositivo no pudo evitar el 11-M y se demostró insuficiente para afrontar la amenaza, como reconoció el propio Gobierno al aprobar las nuevas medidas.

Expertos antiterroristas sostienen que el Ejecutivo de Aznar no sólo dio muestras de parálisis entre el 11 y el 14 de marzo, sino que cometió un "verdadero despropósito" al convocar las manifestaciones del día 12, que obligaron a distraer a miles de policías para proteger las concentraciones.