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Los teólogos de la liberación piden que se hable más de los pobres

"No se puede pasar como sobre brasa ante los problemas de nuestro tiempo", clamaron ayer los teólogos de la liberación (TL) durante una de las sesiones multirreligiosas del IV Parlamento de las Religiones del Mundo. A la misma hora, decenas de mesas debatían en la sede del Fórum Barcelona 2004 sobre los temas más variados: del uso de aromas y fragancias, de los dogmas no negociables, de la crisis de lo sagrado o sobre el velo islámico. Todo multitudinario e íntimo a la vez, en un parlamento que marcha sobre ruedas hacia la plenitud.

"Echamos en falta la palabra pobre", lamentó José María Vigil, un claretiano zaragozano que lleva más 25 años fuera de España, una gran parte en Nicaragua y ahora en Panamá, de la mano del mítico obispo Pere Casaldáliga, éste en una de las diócesis más pobres de Brasil. La teología de la liberación ocupará varias sesiones de este IV Parlamento, toda una novedad, y ayer convocó a cientos de oyentes en el auditorio mayor, en una sesión tan animada que muchos de los participantes olvidaron la hora del almuerzo.

Coordinados por Juan José Tamayo, director de la cátedra de Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría en la Universidad Carlos III de Madrid, formaron mesa los teólogos católicos Paul Knitter (estadounidense) y Diego Irarrázabal (chileno), la profesora musulmana Tuba Kermani (iraní) y el intelectual suizo Tariq Ramadán (de origen egipcio y nieto de un fundador de los Hermanos Musulmanes).

Religión y amor

"Lo que salva no es la religión, lo que salva es el amor", dijo Irarrázabal, presidente de la Asociación Ecuménica de Teólogos y Teólogas del Tercer Mundo. Un amor que no tiene apellidos -ni amor cristiano, ni amor musulmán, ni amor budista...-, sino sujetos: cada hombre en comunidad. Un amor sin propietarios, afirmó. La tesis de los teólogos de la liberación es que "la ética es la teología primera" y que no hay nada más sucio que hacer sufrir a un hombre, todo ello dicho para un mundo en el que "el único sheriff es el mercado, y la ética dominante, la teología del mercado".

Paul Knitter, profesor emérito de teología en la Xavier University de Cincinnatti (Ohio, EE UU) y uno de los grandes ideólogos del diálogo interreligioso, propugna un "cambio de paradigma" que ya percibe en la teología de la liberación, sometida durante atrás a todo tipo de presiones y censuras por "la hegemonía del neoliberalismo en la sociedad y en la Iglesia".

Opina Knitter que en esta primera década del siglo XXI llega a América Latina una hermana de la TL desconocida hasta ahora: la teología del pluralismo religioso, o teología de las religiones, que nació y se ha desarrollado en otras latitudes, y se ha hecho "afortunadamente inevitable en un mundo cada vez más mundializado". Ambas teologías se desconocían mutuamente, hasta ahora, y carecían de todo puente de diálogo. "Para ser fiel a sus propios principios, la TL necesita dialogar con esta teología hermana", concluyó Knitter.

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