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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Kilómetro cero

La nueva ministra socialista de Fomento, Magdalena Álvarez, ha anunciado una serie de obras ferroviarias, entre las que destaca la nueva línea que unirá el Mediterráneo y el Cantábrico por Teruel, al tiempo que el GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias, organismo dependiente del Ministerio de Fomento) ha adjudicado contratos de obras sobre 176 kilómetros de varias líneas de AVE en construcción, lo que supone un claro desmentido a la supuesta paralización de los proyectos iniciados por el anterior Gobierno.

Lo que sí supone el anuncio es un giro radical en el modelo de infraestructuras, con la apertura de corredores periféricos que unan zonas muy dinámicas económicamente. Algo que ya figuraba en las promesas electorales del PSOE, cuando en su programa hablaba de una España en red contrapuesta al modelo radial, que favoreciera la vertebración territorial, la potenciación de los grandes corredores económicos y la interconexión con Europa y África. Fomento anunció una nueva línea de velocidad alta y de carácter mixto, para tráfico de viajeros y de mercancías, que unirá el País Vasco y la Comunidad Valenciana pasando por Teruel. La línea, de 600 kilómetros (300 nuevos y otros tantos acondicionando los existentes), conectará a una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora Valencia con Zaragoza y Logroño, donde enlazará con la red de alta velocidad vasca.

Esta iniciativa resolverá un déficit histórico, aunque todavía quedan necesidades pendientes. Por ejemplo, el principal movimiento de mercancías actualmente dentro de España se da en el eje mediterráneo, un corredor que va desde los Pirineos gerundenses hasta Murcia y Almería. Sin embargo, esta zona está servida por una carretera nacional, ni siquiera autovía, y una vía de ferrocarril que no está electrificada en todo su recorrido. Y en esta zona se concentran cuatro puertos por los que pasan anualmente más de cien millones de toneladas. Es más, esta zona, tan descuidada hasta ahora por Fomento, soportará en el futuro el 80% del comercio entre Europa y el norte de África. Un último asunto pendiente son las conexiones con los países fronterizos a través de Extremadura y los Pirineos. El anuncio de Fomento, a la espera de conocer su exacta dimensión, es una buena señal. Es el principio del fin del kilómetro cero, del desvío forzoso por Madrid que tanto ha perjudicado a las industrias de la periferia y al propio tráfico de la capital.

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