La primera nota sobre la masacre en el libro de registro de la Comisaría de Información habla de activistas islámicos

La primera anotación del libro de registro de salida de la Comisaría General de Información (CGI) del 11 de marzo ya habla de una información destinada a la Unidad Central de Información Exterior "relacionada con activistas islámicos". Las notas enviadas a la comisión de investigación revelan que la policía hizo gestiones durante el día de la matanza para confirmar la tesis de ETA, pero que ésta cayó en saco roto, al menos, el día 12, cuando ya se incluyen una anotación sobre un magrebí como presunto autor de la matanza.

Las referencias a las gestiones sobre la posible autoría de ETA no figuran en el citado libro de registro, sino en el de la Brigada Provincial de Información de Madrid, y hablan de una "nota informativa sobre los familiares de Gorka Vidal", el etarra que había sido detenido el 20 de febrero en Guadalajara cuando conducía hacia Madrid una furgoneta con 536 kilos de explosivos. Pero en dicho registro no figura a continuación ninguna referencia más a ETA. Tanto este libro de registro como el de la CGI forman parte de los documentos desclasificados el viernes.

La siguiente referencia a ETA es del día 12, pero ya en el libro de la CGI, y habla del posible "pase por la catedral de la Almudena de Asier Ezeiza Ayerra". Claro que en esa misma página se dice: "Información sobre posible atentado en Madrid, posible magrebí implicado". El nombre de Asier Ezeiza figura en otro registro, y apunta su "reconocimiento en varios lugares".

Las anotaciones del 12 incluyen una sobre "supuestos terroristas de Al Qaeda", pero, a renglón seguido, figura la solicitud del "soporte de audio de la conversación entre Gorka Angulo Sagarzazu y Aritz Rementeria Sánchez el 7 de marzo en la prisión de Monterroso [Lugo]".

Los investigadores consultados han explicado que, inicialmente, se intentó confirmar la tesis que parecía más normal fruto del análisis de las primera horas de confusión. Es decir, la autoría de ETA. Pero todas las gestiones llevadas a cabo en este sentido resultaron infructuosas. La investigación, subrayan, avanzó en la línea del terrorismo islamista desde el hallazgo, el 11, de la furgoneta en Alcalá de Henares, y la desactivación, en la madrugada del 12, de la bomba que no estalló.