El plan propone restricciones al tráfico en 12 kilómetros de calles y la creación de bulevares en las rondas
La primera pata del plan de reforma del centro es la creación de viviendas; la segunda, la construcción o rehabilitación de equipamientos dotacionales; y la tercera es lo que la Concejalía de Urbanismo llama "acciones de cualificación de la red viaria", orientadas a "dar protagonismo al peatón y al transporte público" sobre el tráfico privado, según dijo ayer Alberto Ruiz-Gallardón.
Pero esas acciones no se concretan, por el momento, en la peatonalización de calles enteras como lo está ahora, por ejemplo, la calle de las Huertas: el Ayuntamiento sólo se compromete a establecer 12,2 kilómetros de "zonas de prioridad peatonal" en las que ensanchará las aceras en detrimento de los carriles de tráfico, eliminará aparcamientos (salvo los de residentes) y plantará más árboles en la vía pública.
Sí habrá ciertos recorridos en esas áreas (ver gráfico) en los que Urbanismo propone "restringir el tráfico rodado" y permitir el paso exclusivamente a residentes y transporte público, "eliminando el aparcamiento en superficie y la sección diferenciada acera/calzada en algunos casos". Pero el gerente de Planificación, Enrique Zozaya, admitió ayer que la concejalía aún no sabe qué calles sufrirán restricciones ni en qué medida. Fuencarral, por ejemplo, señalada en el mapa como "de prioridad peatonal" desde la glorieta de Bilbao a la Gran Vía, se quedaría "como está, porque la restricción ya se ha hecho reduciendo a uno los carriles de tráfico". Y lo mismo sucederá con otras. "Es algo que se debe someter aún a debate", alega el gerente.
El alcalde anunció también que pretende recuperar para la ciudad parte de los antiguos bulevares, con zonas de paseo y arbolado, que ocuparon en su día las rondas de Valencia, Toledo y Segovia, y calles como Alberto Aguilera, Luchana, Embajadores, Doctor Esquerdo o el paseo de las Delicias. En total, podrían crearse 10 kilómetros de nuevos bulevares y rehabilitar más de la mitad de los 25 kilómetros ya existentes. En estas vías los carriles de tráfico quedarían reducidos y las aceras se harían más anchas y con más árboles. El espacio para el paseo y la estancia podría habilitarse en el centro de la avenida, como está ahora en los paseos de Recoletos y del Prado, o en uno de los laterales. Ése es el diseño más probable que maneja Urbanismo.
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