Sin luz a 40 grados
Medio millar de vecinos de Parque Alcosa, el barrio más populoso de Sevilla, soportan 20 horas sin electricidad
"¿Ustedes son de Sevillana?" Los vecinos del entorno de la plaza del Obradoiro, en el barrio sevillano del Parque Alcosa, buscaban ayer desesperadamente entre las caras que no les sonaban a alguien que les pudiera explicar cómo interponer una queja formal ante la empresa que les ha dejado sin luz casi 20 horas. Desde las 18.00 del lunes hasta alrededor de las 13.30 de ayer. "Yo llevo viviendo aquí 30 años y no he conocido una cosa así", decía Natividad Urban, mientras cogía fuerzas para subir los siete pisos de escalera que tenía por delante hasta llegar a su casa.
La luz ha vuelto hace apenas 10 minutos, pero el ascensor, después de casi un día parado, se ha quedado bloqueado en la planta baja. Es uno de los efectos colaterales del apagón, como la falta de presión del agua en los pisos más altos. "Ya he tenido que subir y bajar seis veces cargada de garrafas de agua. Ahora estoy floja perdida", confiesa Trinidad Bravo, que vive en un sexto y se ha derrumbado en un banco de al lado de su portal.
Alrededor de un millar de personas estuvieron sin luz entre 15 y 20 horas en el día más caluroso de lo que va de verano. La luz en sí misma era lo de menos. "Teníamos unos trocitos de velas por casa y se podía ver", cuenta Beatriz Delgado, una adolescente que a mediodía de ayer se refrescaba con botellas de agua y polos de hielo en las escaleras de su portal, en el número 25 de la calle José Laguillo.
La zona sufrió el apagón casi general del lunes por la tarde, pero cuando la luz volvió para casi todos varias horas después, 32 familias de este bloque se encontraron con que a ellos no les llegaba. "Se nos va cada dos por tres, por lo menos 15 veces en lo que va de año", asegura Adriana, la hermana de Beatriz. "Siempre coincide con los días que hace más calor o más frío".
En el Parque Alcosa fueron 600 los vecinos que vivieron casi 20 horas sin energía eléctrica y todo lo que acarrea: ni luz, ni ascensor, ni aire acondicionado, ni cocina vitrocerámica, ni microondas y con muy poca agua en los mejores casos. Los que pudieron salieron a cenar fuera el lunes y alargaron la jornada en alguna esquina en la que corriera el aire. Para otros la escalera fue una barrera arquitectónica imposible de superar. "Mi padre tiene 84 años y demencia senil. No puede moverse y el pobre ayer nos suplicaba que engancháramos un cable a la farola", cuenta una vecina.
La noche se les hizo muy larga a todos. Trinidad Bravo ahora se preocupa sobre todo por toda la comida a medio descongelar que tiene en la cocina, pero la madrugada la ha pasado casi en vela. "He tenido que ponerle a la niña un colchón junto al balcón porque estaba empapada de sudor", dice todavía sentada en el banco. "Tengo que subir al sexto y ya no tengo fuerzas. Ni comida preparada ni nada", se lamenta.
Los vecinos intercambiaban ayer las informaciones que les habían ido dando a uno y a otro en la compañía Endesa. Todos decían haber llamado por teléfono más de una vez. "Siempre me decían que lo arreglaban en 20 minutos", dice Manuel Pruna. Con otros fueron más sinceros y les advirtieron de que no sabían cuánto iba a durar pero que iba para largo.
Alguien les ha informado también de que pueden pedir indemnizaciones si tienen factura de la comida que se les ha estropeado. "Es una vergüenza. ¿Cómo voy yo a pedir factura de un filete de carne?", se queja una mujer.
Los que más horas seguidas pasaron sin luz fueron los vecinos de la urbanización Jardines del Edén, en el barrio de Sevilla Este. Se les fue a las 16.45 del lunes y volvió alrededor de las 16.00 de ayer. Y aún después, todavía registraron algún corte intermitente. "El año pasado ya nos ocurrió lo mismo y lo denunciamos", explica José Guerrero, presidente de la asociación de vecinos Fase, quien asegura que el apagón ininterrumpido afectó a casi 5.000 vecinos.
Los otros 95.000 que viven en este barrio, el más poblado de Sevilla, están acostumbrados a los cortes de luz. "Es como si estuviéramos en 1960. Parece mentira que Endesa no haga nada", dice Guerrero, cuyos vecinos se libraron del corte que volvió a afectar ayer por la tarde a decenas de miles de vecinos del centro, la Macarena y el barrio de Nervión.
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