Mercedes y el Gobierno piden un compromiso sindical en Vitoria

La dirección de la multinacional del automovil Daimler Chrysler y el Gobierno vasco van a reclamar a los sindicatos de la planta de Vitoria un compromiso con la competitividad y con la rentabilidad, como paso previo decidir el futuro de la factoría. El grupo tiene que decidir para 2007 dónde se producirán los nuevos modelos y por lo tanto las plantas que recibirán nuevas inyecciones económicas para adaptar sus cadenas de montaje. Tras el conflicto laboral de 2003, que complicó la salida al mercado de la furgoneta Viano, la dirección anunció haber perdido la confianza en Vitoria y cuestionó su futuro. El lehendakari Ibarretxe y la consejera de Industria, Ana Aguirre, se reunieron ayer en Stuttgart con la dirección del grupo para tratar de reconducir la situación.

Mercedes Vitoria es una empresa básica para Álava y la comunidad autónoma vasca. Además de mantener 4.200 empleos directos y otros 3.000 indirectos, la empresa representa el 11% de todas las exportaciones vascas y en 2002 supuso el 3,7% del PIB vasco. Tras la entrevista de más de hora y media en las instalaciones de la multinacional, Rolf Bartke, el director del negocio de las furgonetas, subrayó que en los próximos años la compañía va a trabajar en la elaboración de un catálogo de medidas para mejorar la competitividad, con el objetivo de seguir siendo rentables en un mundo en el que muchos de los competidores ya se han deslocalizado hacia zonas del mundo con costes laborales más bajos.En ese contexto de mayor competencia, Bartke recordó los conflictos laborales de Vitoria, para pedir reflexión a los sindicatos vascos que se den cuenta de que "Mercedes no es el rival, y aquí todos tenemos que tirar del mismo cabo". El pasado año Mercedes no pudo cumplir sus planes de lanzamiento de los nuevos modelos de furgonetas Vito y Viano debido a varias jornadas de paro de convocadas por los sindicatos. La flexibilidad laboral que cuestionaban las centrales había sido firmada por todas ellas, en el acuerdo que abrió la puerta a unas inversiones millonarias para adaptar la factoría. El todavía director de Vitoria, Volker Heuer, que la pasada semana advirtió de que la dirección del grupo había perdido la confianza en la planta alavesa, fue ayer muy claro al asegurar que mantener la alta calidad y la rentabilidad es imprescindible en la planta alavesa, "porque si no una nueva inversión sería muy difícil".

El lehendakari se mostró muy satisfecho con el encuentro y dijo tener plena confinza en Mercedes Benz porque, después de 50 años en Vitoria, es una empresa vasca. En su apuesta por intentar que la empresa siga vinculada a Euskadi, Ibarretxe le ofreció integrarse en el cluster vasco de automoción y participar de las decisiones estratégicas del sector, y se mostró dispuesto a cambio a colaborar en un nuevo centro tecnológico de investigación de furgonetas que la multinacional va a abrir en Stuttgart.

La realidad es que con los proyectos de la firma en China y la competencia de Polonia y Turquía, a medio plazo Vitoria es más vulnerable que nunca a posibles deslocalizaciones. Por eso cobraban mayor importancia las advertencias de la firma. Volker Heuer, que deja la planta alavesa en agosto, recordó ayer que la parte social no cumplió con su compromiso el pasado año, y consideró básico trasladar a los sindicatos "que todos vamos en el mismo barco, que el enemigo está fuera", en referencia a las demás firmas. Para la consejera de Industria, Ana Aguirre, va a ser fundamental en los próximos meses tejer una red de confianza entre la empresa, el propio Gobierno vasco y los trabajadores la planta de Vitoria.