Euskadi destinará durante esta década 6.000 millones a nuevas infraestructuras

La primera década del siglo XXI va a suponer para Euskadi, si no hay contratiempos, el periodo de toda su historia de mayor inversión en infraestructuras públicas. A los proyectos ya culminados, se unirán hasta el año 2010 los más espectaculares, que alcanzan en conjunto los 6.000 millones de euros de inversión, entre los que destacan la Y ferroviaria, la Eibar-Vitoria y la nueva autovía en torno a Bilbao. Durante los últimos cuatro años, se han invertido más de 500 millones en obras como los nuevos accesos a Bilbao, el aeropuerto de Loiu o el desdoblamiento del puerto de Etxegarate, en la N-I.

La década de los años 90 supuso el inicio de los grandes proyectos, como el Museo Guggenheim, la primera línea del metro de Bilbao, el Kursaal donostiarra o el Palacio Euskalduna bilbaíno. Los primeros años del nuevo siglo han servido para culminar principalmente las nuevas autovías de acceso a la capital vizcaína: tres carreteras -los túneles de Artxanda y las variantes Este y Baja- que han supuesto una inversión de 166 millones de euros y un gran corredor, el del Txorierri, de 96 milllones, con el que se cierra por vez primera una circunvalación de 35 kilómetros en torno a Bilbao.

El elevado grado de saturación ha llevado a acometer la ampliación de la A-8 en Guipúzcoa

Durante los últimos cuatro años ya se han invertido más de 500 millones de euros

Pero Vizcaya ya impulsa la construcción de más carreteras de acceso a su capital, donde los atascos siguen sin reducirse. Para ello, la Diputación ha desempolvado el viejo proyecto, guardado desde principios de los 90, de construir otra autovía paralela a la actual A-8. Conocida como la Supersur, tiene un coste previsto de 1.120 millones de euros para 36 kilómetros, aunque la primera fase, cuya conclusión se prevé para 2010, se ha presupuestado en 545 millones. La Diputación quiere obligar a utilizarla a los 16.000 camiones que actualmente circulan cada día por la A-8.

La otra gran infraestructura viaria, ya en obras y que se pretende culminar en 2008, es la Eibar-Vitoria, presupuestada en 600 millones de euros. La Diputación de Guipúzcoa ha aprobado recientemente el proyecto de construcción del último tramo (Eskoriatza-Arlabán), adjudicado por 191,8 millones. Esta obra incluye la construcción del túnel de Arlabán, de 3,3 kilómetros de longitud, el más largo de Euskadi. Los trabajos continúan ahora entre Bergara sur y Mondragón.

Por encima de todas está el tren de alta velocidad, la Y ferroviaria, que unirá las tres capitales y cuyo coste se calcula ahora en 3.000 millones. Tras una paralización momentánea de los trámites de encargo de las obras, el nuevo Gobierno socialista ha asegurado que se licitarán este año para culminarlas en 2010.

Además, para 2007 se prevé acabar la obra pública más duradera: el Plan Integral de Saneamiento del Gran Bilbao, que suma ya 21 años de trabajos y costará 775 millones. Hasta el momento se han invertido cerca de 500 y beneficia a más de 900.000 habitantes del área metropolitana, que han dejado de verter directamente a la ría del Nervión sus aguas residuales.

A todas ellas se unen las mejoras en el aeropuerto de Loiu, que superarán los 30 millones, o la nueva autovía de la Margen Izquierda, cuyo comienzo está previsto para este mismo verano y costará 126 millones, o la ampliación de un tercer carril en la A-8 entre Basauri y Durango, presupuestada en 75 millones.

En Guipúzcoa, los grandes proyectos se concentran en la construcción y mejora de carreteras. La huelga de la construcción ha tenido paralizadas todas las obras, lo que ha incidido muy negativamente en los plazos de ejecución. Resuelto el conflicto laboral, ya se han reanudado los trabajos en la autopista A-1 (Eibar-Vitoria), la ampliación de la A-8 con tres carriles, la autovía del Urumea y el eje Beasain-Durango. Sin embargo, la huelga impedirá inaugurar el tramo Bergara Norte-Bergara Sur de la A-1 durante este verano, y otro tanto sucederá con el tercer carril de la A-8 entre Pasaia y San Sebastián.

La altísima saturación del tráfico en la A-8 es una de las grandes preocupaciones del Departamento de Carreteras, lo que ha llevado a la institución foral a acometer su ampliación por tramos. El objetivo es que toda la autopista entre Irún y Ermua tenga tres carriles en cada sentido, aunque las obras no acabarán hasta 2012. Mientras, se construirá el segundo cinturón de San Sebastián, una autopista de seis carriles en total que bordeará la capital y dejará la actual A-8 entre Lasarte y Oiartzun como una carretera comarcal. La Diputación calcula terminarla en 2007 tras invertir 223 millones.

En marzo pasado se colocó la primera piedra de la autovía Hernani-Martutene, que se inserta en la variante del Urumea, que comunicará Andoain con San Sebastián y absorberá 33.000 vehículos que actualmente circulan por la congestionada N-I. El proyecto tiene un coste de 65 millones y estará inaugurado en 2006. Aún quedaría rematar la entrada en la capital y, por el lado opuesto, desdoblar el tramo entre Andoain y Hernani atravesando Urnieta, lo que eleva todo el coste de la variante a 218 millones.

Por último, la Beasain-Durango, tras varios años relegada a un segundo plano, ha reanudado las obras entre Ormaiztegi y Zumárraga, que acabarán a comienzos de 2005. La continuidad de esta carretera hasta Bergara no estará operativa antes de 2010. En este territorio también está en ejecución la depuradora de Loiola, que saneará todas las aguas residuales del área de San Sebastián, que actualmente vierte sin depurar a mil metros de la costa a través del emisario submarino.

En Álava, además del tramo de este territorio de la A-1, la principal infraestructura para esta década es la denominada Legua del Rey, el tramo de la N-I que atraviesa Treviño. Supone una inversión de 60 millones para 6,5 kilómetros, de los que 48 millones serán financiados por Fomento. El tercer gran proyecto será otro tramo de la N-I, entre Armiñón y Miranda, con un coste de 30 millones que se pretende iniciar este mismo año.