Dos menores marroquíes, acusadas de injurias al rey

Un año después del célebre juicio por injurias al rey Mohamed VI, que condujo a la cárcel al periodista marroquí Alí Lmrabet, liberado en enero gracias a la presión internacional, Marruecos se dispone a vivir un episodio similar, pero esta vez con dos menores, Iman y Saman Laghrissi, que acaban de cumplir 15 años.

El fiscal del rey del tribunal de Rabat pide cinco años de cárcel para las dos adolescentes después de que, durante un registro de la celda que comparten con otras reclusas, los funcionarios de prisiones descubriesen unas hojas de papel en las que ambas habían escrito unos insultos al monarca. Las menores dan una explicación estrambótica del hallazgo. El juicio empezó ayer, pero la vista oral fue aplazada hasta el 1 de octubre.

Iman y Saman cumplen desde octubre, en la cárcel de mujeres de Salé, al lado de Rabat, una condena de cinco años por terrorismo. El tribunal penal de menores de la capital las consideró entonces culpables de actividades terroristas por haber proyectado quitarse la vida accionando una carga explosiva entre las estanterías de bebidas alcohólicas del supermercado Label, del elegante barrio Suissi de Rabat, frecuentado por diplomáticos.

"No deberían estar en prisión, sino en un reformatorio, donde, sin contacto con reclusas adultas, tengan apoyo psicológico, la posibilidad de aprender un oficio y reinsertarse", se lamenta por teléfono su abogado, Abdelfetá Zahrach, miembro destacado de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos. "Si no puede ser, me atrevo a pedir que sean puestas en libertad para que no sigan contaminándose en la cárcel". "De esta situación somos todos culpables en Marruecos".

Las adolescentes son hijas de una madre soltera y analfabeta, que se mudó de Casablanca a Rabat para huir del escarnio público al quedarse embarazada, y que sobrevive dedicando 13 horas al día a la mendicidad y a la reventa de objetos usados. Durante las largas ausencias de Rachida Drii, la madre, las niñas empezaron a hacer novillos y fueron adoctrinadas por unos adultos, islamistas radicales, que también han sido condenados.