Durão Barroso se destaca como candidato favorito a presidir la Comisión Europea
El primer ministro portugués habló ayer con el presidente Sampaio de su renuncia anticipada
El primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, se perfilaba anoche con tal fuerza como próximo presidente de la Comisión Europea, que se daba por hecho que hoy se anunciaría su dimisión y la convocatoria en firme de un Consejo Europeo para el próximo martes a fin de formalizar su elección en Bruselas. Las cosas no parecen estar, sin embargo, totalmente resueltas. El líder luso discutió anoche las consecuencias políticas de su dimisión con su presidente, Jorge Sampaio, mientras entre los 25 subsistían reservas.
El presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro irlandés Bertie Ahern, no llegó, en consecuencia, ni siquiera a convocar el Consejo del martes, una cena en Bruselas que seguirá a la cumbre de la OTAN que ese mismo día se clausura en Estambul y de la que se viene hablando hace días. Es posible, no obstante, que lo haga hoy, ya que Ahern ha dado a entender que ya tiene el nombre del sucesor de Romano Prodi y que está seguro de conseguir el apoyo de los 25 socios de la Unión.
La candidatura de Durão Barroso -político liberal muy ligado a la posición iraquí de George W Bush, al que sirvió de anfitrión en la cumbre de las Azores, y europeo de corte aznarista, que no tuvo reparos para atribuir a José María Aznar todo el mérito de que España y Portugal hayan llegado a ser algo en la UE- topaba anoche, sin embargo, con algunos reparos finales de Francia y Alemania que Ahern esperaba solucionar para hoy.
El perfil del candidato es más homogéneo con las posiciones del Reino Unido, que hace dos semanas lanzó el nombre de Chris Patten, aun a sabiendas de que no prosperaría, simplemente para cortar el paso al primer ministro belga, Guy Verhofstadt, un federalista convencido que tiene el veto de Tony Blair. De hecho, la candidatura del líder luso alzó el vuelo tras ser recogida como noticia relevante por el diario británico Financial Times, que aseguraba que Durão Barroso es el favorito porque forma parte de la familia política del Partido Popular Europeo -actualmente mayoritario en el Parlamento de Estrasburgo- y porque tiene el apoyo de los países pequeños.
Pero el avance de José Manuel Durão Barroso hacia la presidencia de la Comisión está frenado también por algunas dificultades internas, ya que éste sólo irá a Bruselas si Sampaio, socialista, no disuelve el Parlamento y acepta nombrar al nuevo primer ministro indicado por la coalición de derechas actualmente en el Gobierno. El nombre más citado ayer para sustituir a Durão Barroso era Pedro Santana Lopes, actual alcalde de Lisboa y vicepresidente del Partido Social Demócrata (PSD, liberal), que preside Barroso. Sampaio debe anunciar su decisión en las próximas horas.
Para afrontar el problema, Durão Barroso pidió ayer audiencia con el presidente de la República, que, según sus asesores, canceló inmediatamente toda su agenda por motivos de "emergencia política". El encuentro se celebró por la tarde y Barroso abandonó la residencia oficial del presidente sin hacer declaraciones.
Satisfacción en España
El Gobierno español reaccionó ayer con marcada satisfacción a la candidatura de Durão y manifestó que la "apoyará totalmente, si se consolida". La filiación ibérica del candidato luso es un dato definitivo para explicar el apoyo español, según las mismas fuentes.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero acudió, sin embargo, al Consejo Europeo del pasado 18 de junio en Bruselas sin una posición muy definida sobre el nombramiento del presidente de la Comisión.
El Gobierno, según hizo entender oficiosamente la delegación española, tenía como objetivos conservar la vicepresidencia aparejada al puesto de comisario que desempeña Joaquín Almunia y lograr la confirmación de Javier Solana en el cargo de mister Pesc. De acuerdo con este planteamiento, Madrid se limitaría a apoyar al candidato de consenso. La aplicación de la estrategia fue tan estricta que Zapatero ni siquiera apoyó a Solana como posible presidente de la Comisión cuando su nombre saltó a la palestra.
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