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La excavación prehistórica de Ares está paralizada desde que Cultura hizo público el hallazgo hace ocho meses

La Consejería de Cultura todavía no ha reanudado las excavaciones que permitieron el descubrimiento, el pasado mes de octubre, de un niño de hace más de 9.000 años en la Cova Fosca de Ares del Maestrat en Castellón. El mismo consejero de Cultura, Esteban González Pons, se desplazó en aquel momento hasta la entrada de la cueva en la comarca de L'Alt Maestrat, donde convocó a los medios de comunicación, para mostrar el hallazgo. La directora de las excavaciones, y catedrática de la Universidad Jaume I, Carmen Olaria, calificó el descubrimiento como "el más antiguo de la provincia de Castellón y uno de los más importantes de la prehistoria en la Comunidad Valenciana", que iba a "aportar luz sobre el arte rupestre levantino". Semanas después se paralizaron los trabajos por falta de presupuesto, al agotarse la subvención de la Generalitat. El alcalde de Ares, Francisco José Fuentes, del PP, ha confirmado que la excavación "continúa parada" desde entonces, y que el departamento de González Pons "tampoco ha ofrecido información al respecto" a pesar de que "los días posteriores al descubrimiento" el Consistorio "remitió una carta a la Consejería de Cultura para preguntar qué iba a hacer con los restos y cuándo pensaba reanudar las excavaciones". Esa carta, según Fuentes, "no ha obtenido respuesta".

El diputado autonómico del PSPV por Castellón, Joaquim Puig, ha anunciado que su grupo presentará una proposición no de ley en las Cortes valencianas para "pedir explicaciones al consejero de Cultura y reivindicar la vuelta a las excavaciones". La parálisis en la investigación se debe, a juicio de Puig, a que la Generalitat valenciana "no tiene un euro para Cultura y menos para la dirección general de Patrimonio", aunque por el contrario "no repara en gastos cuando se trata de gastar el dinero en propaganda partidista y electoral".

La directora de las excavaciones, Carmen Olaria, descubrió que el menor a quien corresponde el esqueleto, cuyo tórax fue destruido por el fuego, vivió en el mesolítico, en una comunidad de cazadores-recolectores que pintaba en las cuevas y se alimentaba de cabras, ciervos, toros o caballos, bellotas, caracoles y marisco. Olaria reivindicó la subvención de Cultura, y dijo que serían necesarios otros 60.000 euros para los análisis antropológicos y de ADN, a fin de determinar con exactitud el sexo del niño y reconstruir sus costumbres y la causa de la muerte. La consejería no ha puesto fecha a la reanudación de los trabajos.

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