Un menor pide ir a un centro de acogida porque su madre le pega con un cable
La madre niega haber pegado a su hijo, y sólo admite que le cortó el pelo a trasquilones
Un menor, de sólo 13 años, se presentó en una comisaría de Madrid y pidió a los agentes que lo protegieran. Rogaba que no lo llevasen con su madre y que lo ingresasen en un centro de acogida de menores de la Comunidad de Madrid.
Según fuentes de la investigación, el menor llegó a la comisaría acobardado. Había huido de casa aprovechando que su madre se había ido a trabajar y él se había quedado solo. El día anterior había recibido, según contó a los investigadores, una paliza con un cable eléctrico. Los agentes que le atendieron pusieron los hechos en conocimiento del Grupo de Menores de la Policía (el Grume) y éstos, a la vista del parte médico y de las abrasiones que el menor sufría en la espalda por los supuestos latigazos, lo llevaron al centro de acogida de la Comunidad de Madrid. Fue un ingreso voluntario.La madre, de nacionalidad ecuatoriana, y que fue detenida por estos hechos, ha señalado que quiere a su hijo, pero elude precisar si le pegó con un cable y subraya que el chaval ha suspendido todas las asignaturas y no va a clase.
Los hechos ocurrieron hace varias semanas, según fuentes de la investigación. El menor se presentó a última hora de la tarde en una comisaría madrileña y dijo que no quería volver a casa porque su madre le maltrataba. Enseñó la espalda a los agentes y lo primero que hicieron éstos fue llevarlo a un ambulatorio, donde fue explorado. Los médicos certificaron que el menor padecía lesiones en la espalda por maltrato y lo remitieron al hospital Clínico de San Carlos.
Los sanitarios de este último centro indicaron que el joven sufría "abrasiones en la espalda" y otras partes del cuerpo que podían haber sido hechas con un cable eléctrico. Tras la cura, los agentes llevaron al chaval a las dependencias del Grume. Fue allí donde el adolescente contó el calvario que estaba viviendo en casa con su madre. El padre vive en Ecuador.
El menor relató que acudió a casa con las notas del colegio, con algunos suspensos, y que su madre comenzó a pegarle. Aseguró que los suspensos se debían a que lleva poco tiempo en España y aún no se ha adaptado. Según él, su madre enfureció y, tras golpearle con un cable eléctrico, lo tiró al suelo y siguió pegándole. Luego, le cortó el pelo con brío con unas tijeras y le hizo muchos trasquilones, además de obligarle a ducharse dos veces con agua fría.
"Desde hace tres meses"
Al día siguiente, el chico no fue al colegio. Eran tantos los trasquilones del pelo que su madre también prefirió no dejarle ir. Sobre las once de la mañana, la mujer se marchó a trabajar y él se quedó solo en casa. Fue éste el momento que aprovechó para abandonar la vivienda. Ese día por la tarde, tras ver a unos amigos, decidió presentarse en la comisaría y pedir el ingreso en un centro de acogida. Además, comentó a los agentes que no era la primera vez que su madre le maltrataba. "Desde hace tres meses me golpea con frecuencia", señalan fuentes de la investigación que declaró el menor. Subrayó que nunca antes había denunciado las agresiones por miedo a que empeoraran.
Los agentes detuvieron al día siguiente a la madre por presunto maltrato. La mujer, que responde a las iniciales R. L., niega haber estado maltratando a su hijo desde que éste llegó de Ecuador. Según ella, el día de los hechos la llamaron del colegio al que acude su hijo para decirle que querían charlar con ella porque el niño faltaba a clase. La mujer se desplazó al centro educativo. A la vez que le informaban de las ausencias del menor, le entregaron las notas: tenía todas las asignaturas suspensas. La madre señala que, tras la primera conversación con un profesor del colegio, recibió más tarde en casa otra llamada del tutor diciéndole que su hijo había aparecido por el centro a última hora, acompañado de otros alumnos.
Vio a su hijo esa tarde, ya en casa. Y le pidió explicaciones por las notas y sus ausencias a clase. Según su versión, la respuesta del menor fue decirle que "no sabía" por qué había suspendido todas las asignaturas. La mujer afirma que su hijo tenía un profesor de apoyo por las tardes, y que a veces tampoco acudía a las clases de apoyo. Y agrega que nadie puede cuestionar que ella quiera a su hijo. De hecho, asevera que se lo trajo de Ecuador hace unos meses, y que podía haberlo dejado allí con el padre y limitarse a enviar dinero para su manutención.
La madre negó haberle golpeado. Lo negó todo, aunque admitió que le cortó el pelo, pero no para hacerle trasquilones, sino porque ella tiene costumbre de pelar a sus hijos. Sin embargo, y según los citados medios, la madre se negó a contestar a la pregunta de si había pegado a su hijo con un cable eléctrico. "No tengo obligación de responder a esa pregunta", respondió la mujer, que
tiene otro hijo de cuatro años.
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