_
_
_
_
Reportaje:

Robots para el 'Hubble'

La NASA decidirá este año si encarga una misión robótica para alargar la vida del telescopio

La NASA está en camino de convencerse de que es posible enviar robots a efectuar todas las labores de reparación y modernización del telescopio espacial Hubble necesarias para evitar su muerte prematura, allá por 2007. Tras una primera prospección informal, el director de la agencia espacial estadounidense, Sean O´Keefe, decidió a principios de este mes abrir un plazo para la presentación formal de soluciones robóticas, plazo que termina el próximo 16 de julio.

Queda poco tiempo si se quiere tener lista una misión robótica para 2007 y también hace falta mucho dinero. Según O´ Keefe, "éste es el primer paso de un largo proceso para desarrollar las mejores opciones para salvar al Hubble. Tenemos poco tiempo para asegurar una misión de servicio para finales de 2007; pero tenemos que actuar deprisa para explorar completamente este enfoque".

Más información
Los robots escaladores toman la sede del CSIC en Madrid

Esto ya es un cambio notable respecto a su postura a principios de este año, cuando anunció que los astronautas no volverían nunca más al Hubble, que han reparado cuatro veces desde 1990, por motivos de seguridad. Ese anuncio fue consecuencia directa del accidente del Columbia el año pasado, en el que murieron sus siete tripulantes, que ha llevado a una completa revisión de las condiciones de seguridad en los vuelos de transbordadores. Las reacciones fueron tan fuertes en Estados Unidos y, en menor medida, en Europa, que tiene una participación en el telescopio, que se empezó a buscar una salida.

El planteamiento actual es evaluar la posibilidad de que se lleve a cabo una misión robótica (un cohete tiraría un módulo automático equipado con todo lo necesario) y que durante esta misión se acople al telescopio un módulo de propulsión que permita dirigirlo para su caída segura sobre el océano o auparlo a una órbita de aparcamiento. Este sería el principal objetivo de la misión, ya que la NASA se ha comprometido a que el Hubble no suponga un peligro tras terminar su vida útil. Además, se pretende que los robots se encarguen de cambiar las baterías y los giróscopos y, posiblemente, de instalar los nuevos instrumentos de observación, ya preparados, para mejorar su capacidad de visión.

La decisión no se tomará a la ligera. La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos ha formado un comité, dirigido por Louis Lanzerotti, para investigar las diversas maneras de reparar el Hubble, sin excluir que al final vayan astronautas en un transbordador, como estaba previsto antes del accidente del Columbia para junio de 2006.

Wayne Hale, director adjunto del programa del transbordador espacial, se mostró partidario a principios de este mes, al declarar ante este comité, de mantener el plan previsto, aunque teniendo en cuenta las recomendaciones de seguridad del comité de investigación del accidente del Columbia. Esto supondría mandar un transbordador, con cuatro especialistas que pudieran efectuar paseos espaciales y dos que manejaran el brazo robótico, y mantener preparado en tierra para su lanzamiento inmediato otro transbordador con una tripulación mínima que pudiera ir a rescatar a la primera si se comprobara que su vehículo había sufrido daños en el lanzamiento, como le sucedió al Columbia.

Varias importantes empresas espaciales están trabajando contra reloj para definir ante la NASA sus propuestas de una misión robótica para reparar el Hubble. Entre ellas están Lockheed Martin, la empresa que fue la contratista principal del Hubble, y Ball Aerospace. Sin embargo, algunos expertos de la NASA se han mostrado partidarios de utilizar un robot canadiense, de la misma empresa que construyó los brazos robóticos de los transbordadores y de la Estación Espacial Internacional, por ser la única que tiene experiencia de funcionamiento en el espacio. El coste de la misión se elevaría al menos a 500 millones de dólares (413 millones de euros) y probablemente llegaría a casi los 1.000 millones de dólares (826 millones de euros).

De todo lo que habría que hacer en el Hubble la instalación de nuevos instrumentos sería lo más difícil y, por tanto, lo que corre mayor riesgo de no hacerse. Habría que instalar una cámara nueva y un espectrógrafo de radiación ultravioleta. La cámara, del tamaño de un piano, está diseñada para deslizarse en su sitio desde fuera. Sin embargo, el espectrógrafo debe instalarse en un compartimento cerrado cuya apertura y cierre presentó problemas en misiones anteriores.

Algunos de los astrónomos que se reunieron en mayo en la sede científica del telescopio espacial para pensar en su futuro mostraron preocupación por esta operación, informa The New York Times. Si las puertas del compartimento no se pudieran cerrar, el telescopio no podría funcionar. Otros replicaron que los robots tienen mucho más tiempo para hacer sus tareas que los astronautas y son dirigidos desde tierra, por lo que el riesgo es mínimo.

El Hubble fue puesto en órbita en 1990, pero su espejo principal estaba mal hecho, por lo que la primera misión de reparación tuvo que arreglar este desaguisado. Desde entonces, el telescopio ha abierto nuevas fronteras en la astronomía, en campos como la ciencia planetaria y la evolución del universo, y se ha convertido en el instrumento científico más popular del mundo. Ha sido utilizado para obtener las imágenes más espectaculares del universo profundo y también para confirmar, a través de supernovas, la existencia de una extraña energía oscura que está acelerando la expansión del universo. La mejora de su capacidad de observación en ultravioleta es algo que los astrónomos esperan con la ilusión de que lleve a nuevos descubrimientos.

Reparación del <i>Hubble</i> en 1993, con la Tierra al fondo.
Reparación del Hubble en 1993, con la Tierra al fondo.NASA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_