El Congreso pedirá decenas de informes secretos sobre los atentados de Madrid
La comisión de investigación no descarta ninguna comparecencia, pero aparca las más polémicas
La Mesa de la Comisión de Investigación del Congreso sobre el 11-M acordó ayer reclamar de forma inmediata más de un centenar de informes -que han sido solicitados por los grupos parlamentarios- sobre los antecedentes, la investigación y las circunstancias que rodearon los atentados contra los trenes de cercanías. La Mesa, que preside el diputado canario Paulino Rivero y en la que están representados PP y PSOE, decidió también no descartar ninguna de las más de 100 comparecencias solicitadas, y proponer hoy a la comisión que las declaraciones comiencen en la semana del 5 al 11 de julio.
Tres horas después de que se cerrara el plazo para presentar las solicitudes de informes y comparecencias, la Mesa se reunió para preparar el plan de trabajo que hoy propondrá a la comisión. Su primer acuerdo fue tramitar de forma inmediata la totalidad de las solicitudes de documentación. Los escritos, que serán remitidos al Gobierno y al Poder Judicial a través de la presidencia del Congreso, empezaron a prepararse ayer mismo.
Gran parte de los informes reclamados por la comisión del 11-M -entre los que figuran numerosas notas informativas del servicio secreto CNI- están clasificados, por lo que el Consejo de Ministros deberá decidir en su próxima reunión, o como máximo en la del viernes 2 de julio, si levanta el secreto.
La comisión de investigación pretende que el Gobierno y el Poder Judicial remitan los documentos solicitados en un plazo de siete días. Si algunos de los informes no fueran remitidos, por afectar a la seguridad del Estado o al secreto del sumario, la comisión estudiará la posibilidad de consultarlos a puerta cerrada.
A la vista de estos plazos, y de la insistencia del PSOE en no celebrar ninguna comparecencia antes de estudiar la documentación, la Mesa decidió proponer a la comisión que las primeras declaraciones se fijen para la semana del 5 al 11 de julio. Esta decisión reducirá a cuatro semanas el tiempo de trabajo útil de la investigación, salvo que se decida prorrogar sus sesiones a lo largo de agosto o septiembre.
La Mesa también decidió no descartar de entrada ninguna de las más de 100 comparecencias pedidas por los grupos. La mecánica consistirá en llamar primero a aquellos comparecientes sobre los que existe mayor consenso y aparcar, pero sin descartarlos, los nombres que suscitan menos apoyos. Eso quiere decir que no se votará la citación de José María Aznar -que, de momento, sólo piden ERC, CiU, PNV y Grupo Mixto, a los que ayer se sumó IU- , sino que se dejará pendiente por si más adelante hay mayoría.
El criterio adoptado por la Mesa no supone que las primeras comparecencias sean las más solicitadas -el ex ministro del Interior Ángel Acebes; su sucesor, José Antonio Alonso, y el ex director del Centro Nacional de Inteligencia Jorge Dezcallar-, ya que se ordenarán por bloques (políticos, funcionarios de la policía y la Guardia Civil, periodistas y otros) y la comisión deberá decidir por cuál empieza.
Lo lógico, según fuentes de la comisión, sería empezar por los policías, ya que estos pueden aportar información útil para preguntar luego a los políticos.
Las peticiones de documentos y comparecencias de los grupos revelan su diferente objetivo en la comisión. El PP quiere centrarse en lo sucedido entre el 11 y el 14 de marzo, especialmente en la jornada de reflexión; los demás quieren saber, sobre todo, si el 11-M pudo evitarse y qué hacer para que no se repita.
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