Zapatero y el Papa afrontan hoy en el Vaticano sus diferencias en temas de moral sexual

Estaba previsto como un viaje más de la primera ronda internacional del presidente, según la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, o como un acto "protocolario", en palabras de una fuente gubernamental. Pero la primera visita de José Luis Rodríguez Zapatero al Papa estará inevitablemente centrada en las profundas diferencias que, en temas de moral sexual, separan al Ejecutivo socialista del Vaticano.

Juan Pablo II ha demostrado con creces que, además de repartir bendiciones y rosarios, está siempre dispuesto a poner los puntos sobre las íes en los temas que considera irrenunciables. La carta que el Pontífice entregó el pasado viernes al embajador de España ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, criticando la intención del Gobierno de ampliar los plazos del aborto legal y de legalizar el matrimonio y la adopción por homosexuales es un expresivo anticipo de lo que hoy espera a Zapatero en el Vaticano.

El propio presidente aseguró el pasado viernes que no tratará de escurrir el bulto de ese debate. "Al Papa, le voy a saludar cordialmente, y le voy a ofrecer mi colaboración. Habrá temas en los que coincidamos, como la guerra de Irak, y otros en los que no coincidamos. Entra dentro de la lógica", declaró Zapatero, tras conocer, a través de Dezcallar, la misiva del Pontífice.

Todo esto configura un ambiente muy distinto al de la visita de despedida que el ex presidente José María Aznar hizo al Papa en enero. Juan Pablo II tuvo en aquel caso "gestos extraordinarios" que la propia diplomacia vaticana subrayó, agradeciendo expresamente "la colaboración sincera y leal entre la Iglesia y las autoridades españolas". Posteriormente, en un almuerzo ofrecido por la Embajada española a miembros de la Curia, el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, el jefe efectivo del Gobierno de la Santa Sede, afirmó que la Iglesia había ganado "espacios de libertad" en España durante los años de Aznar. Fue una referencia a la equiparación de la Religión con el resto de las asignaturas a efectos de evaluación, decisión que ha sido anulada por Zapatero. Otro disenso del Gabinete socialista con la Iglesia ha sido su negativa de secundar el llamamiento del Papa para que, como hizo Aznar, mantuviera el apoyo a la propuesta polaca de incluir en el preámbulo de la Constitución europea una referencia a "las raíces cristianas" de Europa.

El presidente, que conoció al Pontífice en Madrid hace dos años, cuando fue recibido en la sacristía improvisada en la plaza de Colón para que Juan Pablo II celebrara la misa del hasta ahora su último viaje a España, tendrá, como es de rigor, una audiencia en parte privada y en parte pública con el Papa, seguida por una entrevista con Sodano. No habrá almuerzo y, por tanto, los discursos serán menos.

Zapatero no viajará acompañado por el ministro de Defensa, José Bono, como se había anunciado. El propio Bono ha explicado que aunque como ferviente católico hubiera querido estar presente no podrá hacerlo, ya que tiene una cita en Bruselas para concretar con la OTAN la aportación de tropas que España hará a Afganistán en agosto. Irá, en cambio, con el presidente el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que se declaró recientemente católico y practicante.

Tras este viaje del presidente, los príncipes de Asturias visitarán al Papa el próximo 28 de junio.