"Hay que ampliar los recorridos para devolver a la sociedad los beneficios que genera el monumento"

María del Mar Villafranca (Granada, 1961) será nombrada directora del Patronato de la Alhambra en el consejo de Gobierno del próximo martes. Esta granadina doctora en Historia del Arte define el monumento que gestionará como "un paisaje cultural". "La Alhambra es un símbolo, un lugar de memoria en el que nos vemos reflejados todos los granadinos", afirma.

Villafranca vuelve a Granada desde la dirección general de Instituciones de Patrimonio de la Junta, cargo que ha ocupado durante los últimos cuatro años y desde el que ha trabajado codo con codo con el director saliente, Mateo Revilla. "La Alhambra dependía de mi departamento, por lo que, desde el punto de vista de la gestión no me es ajena", asegura. Tampoco desde el académico. La futura directora estudió el monumento en su tesis doctoral y tiene varias publicaciones relacionadas con su recinto y su significado cultural.

Villafranca asegura que recoge el castillo nazarí en "unas magníficas condiciones" que deben servir "para potenciar los valores que encierra". "Se trata de un lugar patrimonial de servicio público y de conocimiento que debemos comunicar mejor al exterior a través de las nuevas tecnologías", afirma. "La Alhambra tiene que exportarse como lugar de inspiración artística, científica y política. Es una magnífica embajada para un proyecto cultural de categoría", añade.

La futura directora se muestra cauta sobre sus primeras medidas al frente del Patronato, pero desgrana algunas líneas de su futura gestión. "Hay que estudiar el territorio de la Alhambra para ampliar los recorridos de los visitantes y distribuirlos mejor porque no tiene sentido concentrarlos sólo en determinados lugares. Tenemos que avanzar hacia una visita a la carta", dice respecto a la visita pública que cada día efectúan cientos de turistas.

Esa ampliación de recorridos la enmarca en la rentabilidad del propio monumento. "Hay que devolver a la sociedad los beneficios que genera dando a conocer espacios desconocidos", dice Villafranca, que recuerda que históricamente la Alhambra ha sido "el jardín de las maravillas de los granadinos", por la falta de espacios verdes en la ciudad.

Esa relación del monumento con Granada es uno de los objetivos que se propone resolver. "El futuro Plan Especial no puede servir sólo para protegerla". Ese instrumento urbanístico, según Villafranca, debe acometer espacios importantes para la ciudad como la zona del río Darro que la separa del Albaicín. La próxima directora aboga por un pacto en el que se destierren de todo su entorno los posibles "usos degradantes o elementos perturbadores del paisaje".

Villafranca llega a la Alhambra con el plan de actuaciones para 2004 recién aprobado, lo que, según dice, no le supone un problema. "Me reconozco en muchísimas de las iniciativas que contiene", concluye.