Rumsfeld ordenó ocultar a la Cruz Roja la detención de un iraquí

El Pentágono confirmó ayer que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dio la orden en octubre pasado para que se retuviera en secreto a un iraquí del grupo paramilitar extremista Ansar al Islam. Es el primer vínculo directo entre Rumsfeld y la violación de la Convención de Ginebra por parte de las tropas estadounidenses en Irak. Pero el Pentágono echó balones fuera y afirmó que se siguieron las indicaciones del jefe de los servicios de inteligencia (CIA), que entonces era George Tenet y que dimitió a primeros de este mes.

La identidad del preso fantasma no ha sido desvelada y podría haber otros. Tan sólo se informó de que fue capturado en julio en el norte de Irak y que fue entregado a la CIA para ser interrogado fuera del país. En octubre regresó a Irak y, supuestamente, Tenet aconsejó a Rumsfeld que la detención se mantuviera en secreto ante la Cruz Roja. El preso había dado detalles importantes sobre los líderes de la milicia extremista y operaciones terroristas. Se temía que si se comunicaba su captura la guerrilla modificara su estrategia.

Rumsfeld ordenó el mismo día al general Ricardo Sánchez que se mantuviera al preso "fuera de los registros". "No soy un experto, pero lo pidió la CIA y lo hicimos", explicó el secretario de Defensa. Añadió que su intención no era ocultar al preso y que si se produjo un retraso en el registro fue "para no interferir en el proceso de interrogatorio", aunque reconoció que siete meses "es mucho tiempo". Hasta tal punto se ocultó su identidad, que el Pentágono le perdió la pista. Los servicios de inteligencia intentaron interrogarle en enero, pero no pudo ser localizado. Tras siete meses, en mayo fue descubierto por las Fuerzas Armadas gracias a la investigación que se lanzó a raíz de los abusos en Abu Ghraib.

"Trato humano"

Rumsfeld aseguró que el detenido recibió un "trato humano" durante ese periodo, pero que "estamos en guerra" y que "no hay que mandar mensajes equivocados". Ahora, tras ser destapado el caso por la prensa estadounidense, se le asignará un número de identificación, que se comunicará a la Cruz Roja para que supervise el tratamiento que recibe.

La ocultación del preso se considera una violación de la legislación internacional y refuerza las críticas lanzadas contra la Administración estadounidense.

El presidente George W. Bush discutió ayer el asunto con Donald Rumsfeld y en su presencia volvió a renovar su confianza en él frente a las voces que piden su dimisión, al afirmar que "está haciendo un fabuloso trabajo". "Nunca he estado disgustado con mi secretario de Defensa", añadió Bush.

Por otra parte, el Departamento de Justica presentó cuatro cargos criminales contra David Passaro, por las torturas que acabaron con la vida de Abdul Walli durante un interrogatorio en Afganistán. Passaro era un agente civil que trabajaba para la CIA.