Un palacio para el público

Hannax fue un enorme local de copas que se abrió en pleno centro de Valencia, en la noble calle de Caballeros. Corrían los años noventa. Recibía su nombre de la sección de muralla árabe con la torre donde se encontraba la llamada Bab al-Hannax, es decir, la puerta de la culebra. Seis siglos después de su construcción, este palacio de origen gótico, donde estuvo ubicada la antigua casa-abadía de San Nicolàs, se convertirá primero en la sede de la próxima edición de Casadecor en Valencia, que tendrá lugar del 30 de septiembre al 31 de octubre, y más tarde en un espacio de reminiscencias parisinas. Al menos ésa es la intención de Rosa Lladró, la directora de la citada iniciativa que reunirá a un buen número de decorados e interioristas en este palacio y en el edificio anexo, donde hasta hace poco estaba emplazado el pub Carmen sui generis.

Lladró y la familia Noguera forman parte de la sociedad que ha adquirido ambos inmuebles para unificarlos y dotarlos de nuevos usos, si bien los socios contarán con sus propias dependencias separadas, en correspondencia con sus diferentes usos.

La directora de Casadecor pretende recrear en las primeras plantas del inmueble una especie de patio "como los que hay en París". Es decir, como esos patios de la Ciudad de las Luces que parecen privados pero están abiertos al público y a los que se puede entrar para ir "a una pequeña tienda, a un taller de un modisto o para tomarte un cafelito".

La planta superior se destinará a otros servicios. "Es un concepto novedoso", explica Lladró. El propósito es ubicar pequeñas tiendas dentro del palacio en torno al patio central con un oferta al público de artículos escogidos, como "libros y discos, sobre todo; ropa y otras cosas que tendremos que ir definiendo". Habrá también espacios no fijos para realizar actividades como exposiciones, además de, probablemente, una cafetería. Y todo ello en el ambiente de un rehabilitado palacio de origen gótico que contiene valiosos artesonados policromados del siglo XV, lienzos de la antigua muralla árabe y salas forradas de madera. Las estancias recaen al patio interior, a un patio trasero y a la fachada de acento neoclásico de la calle de Caballeros, una de las más señoriales de la ciudad, aunque cobija a sus espaldas el mar de solares y casas abandonadas del barrio del Carmen.

"La idea, desde luego, es que la gente pueda entrar en el palacio y encontrar un sitio agradable para estar", apunta Lladró.

Todo ello no empezará a tomar cuerpo hasta después de Casadecor, que ocupará los casi 3.000 metros cuadros que suman los dos inmuebles emplazados en el centro de la ciudad. Una superficie que se dividirá en unos 40 o 50 espacios para que decoradores, diseñadores e interioristas muestren al público sus nuevas propuestas sobre las diferentes estancias que forman una vivienda. Habrá también una guardería, un restaurante y demás servicios, apuntó la consejera delegada de Casadecor, María Inés.

En la pasada edición, por Casadecor, que cambia todos los años de sede, pasaron 35.000 visitantes. Se celebró entonces en la antigua tabacalera. Ahora tendrá lugar en un palacio de la antigua calle de Valencia que, si se cumplen los planes, se transformará, no en otro local de copas, como viene siendo habitual en el barrio, sino en un espacio novedoso. Los decoradores ya están trabajando para la primera transformación.