_
_
_
_
_

Un sabotaje informático paraliza varias horas el Ayuntamiento bilbaíno

El equipo de gobierno liga los hechos con la convocatoria de paro

El paro de los trabajadores del Ayuntamiento, convocado por los sindicatos mayoritarios ELA, LAB y SVP, tuvo una importante incidencia práctica debido a un sabotaje informático que el equipo de gobierno atribuyó a los huelguistas. Hacia las 7.30 horas, tras detectarse fallos en el sistema de telecomunicaciones, se hallaron en uno de los edificios municipales cables y paneles de fibra óptica arrancados, discos apagado y tarjetas de comunicaciones tiradas por los suelos.

Estos destrozos supusieron la paralización de la actividad municipal hasta media mañana y la inutilización de servicios como el registro, Hacienda o los polideportivos municipales, que estuvieron cerrados por la mañana. El paro estaba convocado hasta las 13 horas.

El equipo de gobierno valoró ayer, en un comunicado, que el derecho a la huelga "nunca puede amparar actitudes vandálicas, destrozos y daños a equipamientos municipales". Agregó que estos hechos, "además de demostrar la escasa confianza en la propia capacidad de movilización", supone daños económicos "y de servicio" a los bilbaínos.

ELA dijo que la huelga fue secundada por el 95% de la plantilla, de 3.000 trabajadores.Este dato fue rechazado por otro de los sindicatos del consistorio, CC OO, que junto a UGT no participaba en el paro. Aseguró que la huelga fue seguida por 150 trabajadores y que hubo "amenazas a quienes no secundaban el paro". El Ayuntamiento eludió aportar ningún dato sobre la incidencia del paro, que se desarrolló entre las nueve de la mañana y la una de la tarde en reivindicación de un convenio propio en el consistorio. Ello forma parte de la estrategia global en Euskadi de ELA y LAB, que se oponen a la negociación en el Arcepafe, el foro de negociación de las administraciones e instituciones vascas.

Este paro coincidió con la protesta de los agentes de la Policía Municipal, que desde ayer, y con carácter indefinido, han "relajado" su labor en demanda de unas mejores condiciones laborales. Un miembro del comité de empresa señaló que el 90% de los agentes del turno de ayer secundó la convocatoria, que consistió en "no hacer nada que no sea estrictamente necesario". "Sólo actuamos cuando nos lo pide algún ciudadano", añadió.

La "huelga de brazos caídos" tuvo incidencia en el tráfico en Bilbao, que ayer fue más denso y con mayor número de vehículos en doble fila en las calles principales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El concejal de Seguridad Ciudadana, el peneuvista Eduardo Maíz, destacó que la densidad del tráfico era la de un viernes y calificó el servicio de normal. "Se está actuando profesionalmente", indicó.

En su comunicado, el equipo de gobierno llamó a la tranquilidad de los vecinos y garantizó la "seguridad en la ciudad como en cualquier otra circunstancia". Agregó que se mantendrá un servicio especial con motivo de las elecciones del domingo y los dispositivos establecidos contra el botellón en el Casco Viejo.

El portavoz del PP, Antonio Basagoiti, reprochó al alcalde, Iñaki Azkuna, y a los responsables municipales de obligar a la protesta "por la nula disposición a hablar y dialogar". El edil popular emplazó a Azkuna a establecer un crédito extraordinario para dotar de más medios a los policías municipales.

Los agentes, que suman casi 760, piden la actualización de la organización interna, acordada en 1996, y rechazan que su malestar se deba a la falta de material o su estado obsoleto. "No se cumple lo que está regulado y los criterios cada vez son más restrictivos", dijo un portavoz. El consistorio enmarca las reclamaciones en la "disputa sindical" con motivo de la negociación del convenio y enfatizó que la Guardia Urbana "está considerada como una de las mejor dotadas de todo el Estado".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_