La escasa innovación amenaza el desarrollo de Barcelona

Toque a rebato. Un informe sobre las perspectivas de desarrollo de Barcelona encargado por el Plan Estratégico Metropolitano y elaborado por los economistas Xavier Vives y Lluís Torrens señala que la situación de Barcelona es preocupante. Se trata de un análisis comparativo de las 31 áreas metropolitanas de la Unión Europea, y la barcelonesa queda mal en casi todo. Los mejores resultados los ofrece en el sector del ocio, pero sin resultar sobresaliente. En cambio, suspende claramente en innovación tecnológica. Y siempre queda por detrás de Madrid.

El informe de Vives y Torrens responde con precisión al título: Globalització i estratègies de les regions metropolitanes europees. Els efectes de l'ampliació de la Unió Europea. En la primera parte plantea las dificultades a las que se enfrentan las industrias tradicionales cuyos mecanismos puedan ser automatizados. Si lo que Barcelona pretende es competir con los países recién incorporados a la UE en mano de obra sin calificar, fracasará porque el coste no admite comparaciones. Frente a los 15,70 euros de media que costaba la hora en España en el año 2000, Eslovaquia se situaba en 3,06 euros; Estonia, en 3,03; Letonia, en 2,42, y Lituania, en 2,71.

El futuro de estas áreas metropolitanas, reza el informe, es otro. Y pasa por tres factores: su capacidad como sede de empresas, donde se toman las decisiones; como núcleo potente de innovación, y como oferta de calidad de vida u ocio para dirigentes. Hay ciudades, sobre todo París y Londres, que se hallan perfectamente colocadas para ofrecer las tres cosas, tanto en la situación presente como en el futuro previsible. Barcelona aprueba en la oferta de ocio y calidad de vida, pero suspende estrepitosamente en los otros dos ámbitos. En cuanto a potencial, los resultados son más optimistas: encabeza la oferta de ocio y aprueba, por los pelos, como sede de empresas, pero suspende en innovación tecnológica.

Pérdida de competitividad

Las conclusiones del informe, en el apartado dedicado a comparar Barcelona con el resto de las áreas europeas, son demoledoras. "Si no cambia decididamente sus condiciones en términos de innovación, arriesga su base industrial y difícilmente podrá avanzar más". Y esto lo dicen los autores después de haber anotado que la industria catalana "ha creado ocupación conteniendo salarios y perdiendo productividad relativa respecto a la media europea", una pérdida que cifran en 10 puntos en el periodo 1994-2000. La situación presenta, dicen, un "interrogante de futuro, ya que difícilmente se podrá seguir compitiendo en precios", y es que hasta algunos de los países de reciente incorporación "presentan a veces potenciales superiores en capital humano y gasto en investigación y desarrollo" a los del área de Barcelona, lo que representa una "seria amenaza" para la región metropolitana.

Según Vives y Torrens, Barcelona "tiene que evitar quedarse en una evolución inercial, mezcla de ciudad-ocio, que no destaca en calidad, y de industrias tradicionales que gradualmente irán perdiendo peso en favor de las regiones periféricas emergentes". La importancia del informe, elaborado por una entidad que incluye al propio Ayuntamiento barcelonés, estriba en que llama la atención sobre los aspectos que influyen negativamente en el desarrollo de la región metropolitana. La secretaria del grupo de prospectivas, Rosa Cullell, que dirige Edicions 62, señaló que le había quedado grabada una frase del informe: "lo que se pueda trasladar se trasladará", en referencia a las empresas que no necesitan mano de obra muy especializada o, dicho en los términos del informe, "conocimiento no transferible". El presidente del Plan Estratégico Metropolitano, Francesc Santacana, señaló la preocupación del organismo por estos asuntos, que se traducirá en dos nuevos informes sobre "puntos débiles" del desarrollo metropolitano: la situación del delta del Llobregat y el mal funcionamiento de la enseñanza secundaria.