Deuda
El acuerdo para el pago de la deuda de financiación ha venido seguido, como no cabía esperar de otra manera, de una nueva polémica, esta vez sobre la renuncia, según la oposición, de una cantidad de millones en la que nadie acaba de ponerse de acuerdo y en la que de paso se quiere incluir también la de la llamada deuda histórica, con lo que a estas alturas ya no sabemos si la Junta se ha vendido por un plato de lentejas al Gobierno o, si ya puestos, se ha perdido una ocasión de pedir todo lo que desde tiempo inmemorial se debe a Andalucía, que puestos a cuantificarlo, para que vamos a negarlo, todos se quedan cortos.
Lo cierto es que, en rigor, la Junta había aceptado antes de saber que iba a ganar las elecciones el PSOE la cantidad de 2.500 millones en concepto de deuda de financiación. Es verdad que fue el PP quien puso encima de la mesa esa cantidad y que la Junta la aceptó, para zanjar el asunto y la confrontación que había provocado entre ambos gobiernos, y es cierto también que la Junta siempre pensó que lo más probable era que fuera un Gobierno del PP quien pagara.
También es cierto que nos quedaremos sin saber si lo habría hecho tan rápidamente como lo ha hecho el nuevo Gobierno. La oposición tiene entre otros deberes el de no mostrarse nunca conforme y procurar poner al Gobierno contra las cuerdas, por tanto, debe éste aceptar las denuncias de unos sobre su fácil conformar y hasta las curiosas propuestas de otros para que hasta se creen grupos de seguimiento sobre el gasto del dinero. El juego entre Gobierno y oposición, mucho más en campaña electoral, es así. Pero no deja de resultar curioso que, puestos a utilizar los ya famosos 2.500 millones, estén siendo mucho más utilizados electoralmente, en negativo claro, pero utilizados, por la oposición que por la Junta de Andalucía.
Por cierto, por no hablar de la irresponsabilidad de Fraga asegurando que la ministra de Fomento le va a reglar 2.500 millones a Andalucía, me decían el otro día en otra comunidad autónoma que si no nos parecía un exceso recibir más millones y más subvenciones, tal cual. Les expliqué que nos lo debían, pero la letra es siempre más difícil de aprender que la música y lo que se está haciendo llegar a toda España, una vez más, es la música mal interpretada de una Andalucía ¿Cómo era aquello?
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