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Bono dice que depurará responsabilidades cuando se sepa la verdad del 'caso Yak-42'

El laboratorio turco concluye el cotejo del ADN de las familias con el de los cadáveres

El ministro de Defensa, José Bono, se mostró ayer dispuesto a "exigir responsabilidades" por el accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía). "No somos el dedo acusador de nadie, ni la Inquisición, pero el honor de los muertos exige que se tomen las medidas que sean menester, incluso de exigencia de responsabilidad", declaró. En breve se conocerán los resultados del cotejo del ADN de las familias de los fallecidos con el de las muestras tomadas de los cadáveres, que confirmará errores en la identificación.

Bono, que hasta ahora se había resistido a la depuración de responsabilidades en su departamento por el caso Yak-42, cambió ayer de actitud.

Al mediodía, en declaraciones a Efe, se mostró partidario de "buscar toda la verdad" y, "si fuere obligado, exigir las responsabilidades que de esa verdad se deriven". Por la tarde, en Toledo, fue más lejos al agregar: "El honor de los muertos exige que se conozca la verdad y que se tomen las medidas que sean menester, incluso de exigencia de responsabilidad".

El pasado 17 de mayo, 37 familiares de 30 militares fallecidos en el accidente del Yakovlev viajaron a Turquía para someterse a un prueba de ADN y cotejarla con las muestras de los cadáveres que se conservan en el Instituto de Toxicología de Estambul. A otros 11 parientes de los militares se les tomaron muestras de sangre en Madrid y fueron remitidas al mismo laboratorio turco.

Informe al juzgado

"Ya hemos acabado el trabajo. Estamos ultimando algunos detalles y daremos los resultados mañana [por hoy]", declaró a Efe el director del instituto, Keramettin Kurt. Esto no quiere decir, según fuentes de la asociación que agrupa a la mayoría de las familias, que hoy se conozcan los resultados.

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El laboratorio debe remitir los informes correspondientes a cada muestra al juzgado de Maçka (Turquía), que instruye el sumario por el accidente aéreo, y será éste el que convoque a los abogados de las familias para entregarles los resultados.

Las familias no han recibido hasta ahora ninguna información sobre las conclusiones del cotejo. Lo único que comunicaron los responsables del laboratorio, hace algunos días, es que las muestras eran técnicamente aptas, por lo que no era preciso repetir ninguna.

Sin embargo, tanto el Ministerio de Defensa como las propias familias dan por seguro que se cometieron errores en el proceso de identificación. La única duda se refiere a la dimensión del desaguisado.

El acta firmada por los forenses, los fiscales de Maçka y los dos generales enviados por Defensa en la madrugada del 28 de mayo de 2003, pocas horas antes de la repatriación de los cadáveres a España, evidencia que sólo 32 cuerpos estaban identificados -en base a placas, uniformes o documentos personales-, mientras que los otros 30 carecían de elementos suficientes para determinar su identidad. Muchos estaban carbonizados o mutilados.

Posteriormente, Defensa remitió escritos a varios parientes de los fallecidos en los que les aseguraba que sus deudos habían sido identificado gracias a anillos que, en realidad, llevaban cadáveres entregados a otras familias. A los familiares no se les permitió abrir los féretros y tampoco se les entregaron los objetos personales que teóricamente habían servido para la identificación con el argumento de que el juez turco ordenó guardarlos en los ataúdes.

Bono precisó ayer que el Ministerio de Defensa "ni es ni puede ser parte" en el proceso judicial abierto en Turquía, "lo cual no significa que no tenga interés legítimo" en el caso. En consecuencia, los resultados de las pruebas de ADN no se comunicarán "oficialmente" a su departamento, pero éste dispondrá de la información "necesaria", agregó, a través de las familias, que son quienes tienen "interés directo" en el caso.

Causas del accidente

Bono afirmó que Defensa "seguirá trabajando para que los familiares sepan toda la verdad, sea la que sea, porque tienen derecho a saber qué sucedió. Y no vamos a ahorrar medios para conocerlo". Respecto a las causas del accidente, aseguró que su departamento está haciendo todo lo posible por agilizar la investigación, pero agregó que corresponde a Turquía informar.

El informe de la comisión técnica -en la que participan Turquía, Rusia, Ucrania y España, en calidad de observador- está ultimado y sólo pendiente de que los representantes ucranianos den el visto bueno. Estos se resisten a aprobarlo porque el informe atribuye el siniestro a un error de la tripulación ucraniana, achacable al cansancio, ya que llevaba más de 20 horas de trabajo ininterrumpido.

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