El cobro de la incapacidad temporal bloquea el acuerdo de la construcción
La patronal guipuzcoana y los sindicatos de la Construcción (ELA, LAB, CC OO y UGT) no habían logrado tampoco ayer, al cierre de esta edición, alcanzar un acuerdo que permita poner fin a la huelga que el sector inició el pasado 10 de mayo en demanda de mejoras en el convenio colectivo. Pasadas las nueve de la noche, ambas partes continuaban reunidos en el Consejo de Relaciones Laborales tratando de acercar posturas sobre la incapacidad temporal, punto que bloquea las conversaciones.
Los sindicatos reclaman el cobro del 75% del salario desde el primer día en caso de baja por enfermedad común y CC OO solicta además el 100% para las enfermedades profesionales. Ni las centrales ni la patronal están dispuestas a ceder un ápice en este punto. "Las
incapacidades temporales son innegociables y Adegi dice que si no las retiramos no hay más que hablar", explicó Carlos González, de CCOO, en un receso. La patronal no quiere oir hablar de un punto al que se renunció en el convenio anterior.Ni la patronal ni los sindicatos, que representan a los 12.000 trabajadores del sector en la provincia, ocultaban minutos antes de retomar por la noche las negociaciones que las esperanzas de llegar a un acuerdo eran bien escasas. "Si para las dos partes es innegociable el punto de la incapacidad temporal, si es definitivo, ¿para qué vamos a seguir hablando?", señalaba Juan Ramón Apezetxea, responsable de negociación colectiva de Adegi. "Sería de ciencia ficción continuar", aseguraba, para añadir que la patronal se ha mostrado dispuesta a aceptar la reivindicación relativa a la responsabilidad subsidiaria de la empresa principal en cuestiones de subcontratación si los sindicatos retiran las incapacaidades temporales.
La reunión se siguió atentamente fuera del Consejo de Relaciones Laborales, sobre todo por los 12.000 autónomos y trabajadores de sectores anexos a la construcción que ayer volvieron a trabajar, aunque en muchos casos no pudieron hacerlo por la acción de los piquetes. "No hemos podido hacer nada", indicó Juan Gorostidi, responsable de la cooperativa Zazpiturri Instalaciones, dedicada a la fontanería, la instalación de gas y calefacción. Y puso un ejemplo: "Hemos ido a Mondragón, a la ampliación del psiquiátrico Santa Ágeda, y nos hemos tenido que ir. En Igara, en San Sebastián, casi se comen a unos albañiles. Son unos salvajes".
Gorostidi y sus colegas no fueron los únicos que tuvieron que darse media vuelta. Les ocurrió lo mismo a algunos obreros que o no están dispuestos o no pueden perder ya más dinero. La acción de los piquetes impidió, por ejemplo, a varios empleados de la empresa Galdiano continuar con las obras de la autopista Eibar-Vitoria. "A ver si hay acuerdo y mañana podemos empezar a trabajar en serio", señaló una portavoz de esta firma. "Los trabajadores están muy nerviosos. Las hipotecas no conocen huelgas", agregó.
Resolución sobre Newell
[La Comisión de Trabajo y Acción Social del Parlamento aprobó ayer con los votos del tripartito una enmienda a la totalidad a una propuesta de Sozialista Abertzaleak en la que los tres partidos del Gobierno instan a la autoridad laboral a que sea rigurosa al analizar la causas del expediente de regulación presentado para un centenar de trabajadores por la empresa Newell, informa Pedro Gorospe. Además, el Parlamento se muestra preocupado por el problema social que va a generar el cierre de la empresa, ya que la mayoría de los puestos que se pretenden eliminar están ocupados por mujeres con edades en torno a los 50 años.
La Cámara expresa su inquietud porque cada vez son más las empresas que quieren deslocalizarse "en busca de salarios más bajos, mercados laborales flexibles e impuestos reducidos obsesionados por la maximización de beneficios poniendo en peligro la calidad y estabilidad del empleo"].
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