El ministro de Turismo de Israel se oculta para evitar su destitución

Apurando al máximo la ley y a sólo 48 horas de que el Consejo de Ministros israelí vote mañana el plan de retirada de Gaza propuesto por Ariel Sharon, el primer ministro israelí destituyó ayer a dos ministros de extrema derecha de su Gabinete, con lo que ha pasado a gozar de una exigua mayoría en la ajustada votación que se prevé sobre la polémica propuesta. Los destituidos son Avigdor Lieberman y Benny Alon, ministros de Transporte y de Turismo, respectivamente, pertenecientes a la Unión Nacional, partido contrario a la salida israelí de Gaza.

La jugada de Sharon consiste en no nombrar sustitutos para sus carteras hasta pasada la votación, con lo cual el Consejo de Ministros queda en 23 miembros de los que 12 apoyan a Sharon y 11 se oponen. En paralelo, Sharon ha ejercido en los últimos días fuertes presiones sobre su rival en el partido y ministro de Finanzas, Benjamín Netanyahu, para que vote a favor, algo que todavía está por ver.

Pero hecha la ley, hecha la trampa. La destitución entra en vigor sólo 48 horas después de que la carta de cese sea entregada a sus destinatarios. Fiel a la tradición judía de explotar todos los vericuetos de la legalidad, el ministro Alon desapareció ayer. Lo que comenzó como una pequeña contrariedad, se convirtió con el paso de las horas en poco menos que una cuestión de Estado, ya que si Alon no recibe la misiva tiene perfecto derecho a sentarse en el Consejo mañana y votar en contra para apuntillar políticamente a Sharon, cuyo crédito en este asunto ya está más que agotado.

Pero Sharon también se las sabe todas, y las fuerzas de seguridad trataban anoche de entregar como fuera la carta al huidizo ministro de Turismo, aunque ello suponga atrasar unas horas la celebración del Consejo de Ministros.

La decisión de Sharon supone un paso más en la ruptura del jefe del Ejecutivo con los sectores situados más a la derecha del espectro político, que han pasado de darle su apoyo incondicional a criticarle ferozmente. Sus partidarios estiman que en el viaje al centro de Sharon -con la posibilidad de unas elecciones generales cada vez más perfiladas en el horizonte- la extrema derecha es un peso muerto. El ministro Avigdor Lieberman llevaba 15 días pregonando lo que él califica de "solución chipriota", es decir, la existencia de un Estado israelí y otro palestino al que serían deportados automáticamente todos los ciudadanos árabes de Israel.