El pintor Luis Gordillo recupera el juego pop de su fotografía de los años setenta
El pintor sevillano expone en PHotoEspaña 2004 sus 'collages' y trabajos en blanco y negro
La sirenita de Luis Gordillo (Sevilla, 1934) es una singular serie fotográfica de los años setenta. Una pequeña muñeca de plástico, que Gordillo compró en un puesto de pipas, inspira un trabajo cargado de original erotismo. La exposición Retrovisor (inaugurada ayer dentro de la programación de PHotoEspaña 2004) recupera ésta y otras series del artista andaluz. Dos exposiciones más -la colectiva Haciendo historia y Hoteles de transmisión. Hasta cierto punto, del francés Renaud Auguste-Dormeuil- completaron ayer la jornada del festival de fotografía.
"He sido un gran coleccionista de cacharritos de los puestos de pipas"
Todavía con la resaca de la inauguración, el jueves por la noche, de La seducción del caos (la exposición del Centro Cultural Conde Duque sobre el archivo documental del cineasta Basilio Martín Patino) y de Escapistas (el oscuro proyecto del vasco Pedro Álvarez en torno al surf y la relación entre el hombre y la naturaleza), PHotoEspaña 2004 abrió ayer las puertas de las tres salas del Círculo de Bellas Artes dedicadas a su programa.
Retrovisor. Procesos fotográficos en los años 70, de Luis Gordillo, reúne gran parte de sus trabajos fotográficos realizados durante una década. La mayoría nunca se habían expuesto. Fotografías, collages y dibujos bajo títulos como Sirenita, Secuencias edipianas, Autorretratos con ojos artificiales o su Serie Luna. La obsesión coleccionista del pintor, los curiosos objetos de su interés, sus recortes de periódicos y revistas... Retrovisor quiere demostrar la cercanía en la obra del artista andaluz entre la técnica pictórica y la fotográfica. "La fotografía", explica Oliva María Rubio, comisaria de la exposición, "le sirvió a Gordillo para buscar nuevos caminos y métodos para su pintura, sobre todo relacionados con el color".
"Fotografío cualquier cosa que me llama la atención", dice Gordillo. Muñequitos, objetos kitsch y recortes de prensa protagonizan gran parte del objetivo de la obra expuesta. "He sido un gran coleccionista de cacharritos que encontraba en puestos callejeros de pipas. Coleccionista de cosas baratísimas, la mayoría han desaparecido. Los recortes de prensa que utilizaba al principio respondían a mi época pop, al gusto por los coches de lujo y las piscinas. Luego los recortes se fueron agriando. Me fijaba en otras cosas".
Más cerca de la tradición del reportaje se sitúa la exposición colectiva Haciendo historia, que reúne fotografías de gran formato de Olivier Chanarin, Adam Broomberg, Mitch Epstein, Ori Gersht y los vídeos de Zoran Naskovski y Zineb Sedira. La exposición plantea una pregunta: cómo evolucionan los fotógrafos una vez perdido el poder inmediato y documental de su trabajo. La comisaria Charlotte Cotton explica que se trata de explicar, a través de diferentes opciones (de la intimidad familiar a detalles de los grandes acontecimientos históricos), cuáles son las nuevas estrategias artísticas de los fotógrafos que no quieren perder su vigencia social.
Chanarin y Broomberg (antiguos editores gráficos de la revista italiana Colors) trabajaron juntos para un encargo del Gobierno de Suráfrica. "Nos pidieron fotografiar durante tres meses el país para intentar reflejar los principales cambios ocurridos después de 10 años sin apartheid. El pasado mes de marzo expusimos los resultados", dice Broomberg. De ellas, al menos una no se vio en Suráfrica: el muñeco del museo de cera de Nelson Mandela desnudo. Una imagen que parodia al político convertido en hombre-marca.
"Sería ridículo pensar que unas cuantas fotografías son capaces de explicar un país. Ésa sería una premisa arrogante. No nos sentimos cualificados para eso, nosotros nos limitamos a buscar pequeñas historias. Ésa es nuestra manera de comprometernos con lo que nos rodea. Historias como la de esa foto de un hombre solo con su mujer en su habitación. Es una historia sencilla: durante años no ha podido dormir con ella porque estaba obligado a vivir allí solo con seis hombres más".
La tercera exposición inaugurada ayer en Madrid es Hoteles de transmisión. Hasta cierto punto, del francés Renaud Auguste-Dormeuil, que muestra fotografías panorámicas de diez capitales europeas en las que marca las terrazas de sus hoteles con una lista precisa de las posiciones en las que colocar las cámaras para lograr los mejores ángulos. Se trata de una reflexión sobre la realidad informativa. Pero, explica Horacio Fernández, director artístico de PHotoEspaña 2004, sin criticar el trabajo de los periodistas, sino explorando el concepto de extraterritorialidad que se ha impuesto con las guerras y conflictos contemporáneos.
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