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Los flujos de inversión extranjera directa en el mundo aumentan tras tres años de caída

Las entradas al Reino Unido se reducen a un mínimo en 10 años por no estar en el euro

Los flujos de inversión extranjera directa (IED) en el mundo se quedaron en 575.000 millones de dólares en 2003, frente a 655.000 en 2002, tercera caída anual consecutiva, según The Economist. Esa tendencia a la baja se romperá este año, en el que las IED pueden alcanzar los 755.000 millones de dólares. El informe destaca la constante caída de la inversión extranjera en el Reino Unido debido a su decisión de permanecer fuera del euro. España sigue en el puesto número 21º del listado de países más atractivos para los negocios, que encabeza Canadá.

Es la primera vez que los flujos de inversión extranjera directa caen por tercer año consecutivo. Aunque la Unidad de Inteligencia de The Economist prevé que esa tendencia se romperá este año, su director, Daniel Fran-klin, advierte de que hay aún "riesgos significativos" que pueden afectar a la recuperación mundial. "Entre las numerosas amenazas al renovado vigor de las IED -que van desde los desequilibrios de EE UU a las burbujas chinas y del terrorismo a las protestas contra la globali-zación-, los riesgos geopolíticos parecen los más importantes", sostiene Franklin.

Aunque se ha roto la tendencia a la baja, las inversiones globales están muy lejos del máximo histórico de 1,40 billones de dólares alcanzado en 2000. La caída es llamativa en los tres países de la UE que han decidido permanecer fuera del euro a pesar de que tienen la capacidad macroeconómica de sumarse a la moneda europea.

Estos tres países, que acapararon en 1998 casi el 40% de la inversión extranjera directa de la UE, sólo recibieron el 8,7% el año pasado. Su caída relativa en la UE es constante desde el nacimiento del euro y llamativa en el caso del Reino Unido. Históricamente el gran polo de atracción de IED en Europa, los británicos recibieron el 28% del total en 1998, menos del 19% en 1999, apenas en el 8% en 2002 y solo el 5,4% el año pasado. Aunque acapara aún la cuarta parte del stock de inversión extranjera en Europa, los 14.500 millones que entraron el año pasado suponen la cifra más baja desde 1994.

A juicio de Gareth Lofthouse, responsable del informe, el factor euro en la caída de las inversiones extranjeras en Gran Bretaña es cada vez más claro. Aunque el 90% de la economía británica es completamente ajeno a las inversiones extranjeras directas, el informe subraya su importancia cualitativa. Aporta uno de cuatro empleos y el 40% de las inversiones en el sector manufacturero; un tercio del gasto en inversión y desarrollo (I+D); las firmas extranjeras son entre un 5% y un 15% más productivas que las locales y aumentan la productividad a través de la importación de ideas innovadoras ya aplicadas en otros países.

Por bloques económicos, los Quince acapararon el año pasado 271.000 millones de dólares de IED, por delante de los países en desarrollo de Asia-Pacífico (110.000 millones), América del Norte (87.000), América Latina y el Caribe (50.000), Europa del Este (26.000) y África y Oriente Próximo (11.900 millones de dólares). Gareth Lofthouse destacó las tasas de inversión extranjera directa en China, que supera ya los 50.000 millones de dólares anuales. Asia es la zona mundial con mejores perspectivas de inversión. América Latina parece estancada a pesar del peso de países como Brasil y México. Y, en contra de lo que se suele creer, los países de Europa del Este que se acaban de integrar en la UE tienen un futuro más difícil que su inmediato pasado, porque el mercado ya ha ido invirtiendo en estos últimos años ante la perspectiva de su ingreso comunitario.

España, en el puesto 21º

España sigue ocupando el puesto número 21º en el listado de países más propicios para los negocios en el periodo 2004-2008. The Economist no ve un cambio de dirección en la economía española con la llegada del PSOE, pero pronostica "dificultades crecientes para atraer inversión extranjera directa" debido, entre otras razones, a "los defectos del sistema educativo".

El estudio subraya las bajas tasas de inversión en nuevas tecnologías y advierte del riesgo de "desinversiones en algunos sectores debido a la competencia salarial en Europa del Este y otros mercados emergentes". "A pesar de la contribución de las empresas de propiedad extranjera a la competitividad, el ratio de crecimiento de la productividad ha sido el más bajo entre los países de la OCDE en el periodo 1995-2002", advierte también el informe.

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