España y Francia se alían para que se rebaje el IVA en los discos

La ministra española de Cultura, Carmen Calvo, y su homólogo francés, Renaud Donnedieu, tienen previsto reunirse hoy en Bruselas para coordinar sus esfuerzos encaminados a conseguir una rebaja del IVA en los discos. Las posibilidades de lograrlo son escasas porque la iniciativa tendría que contar con el apoyo de todos los países de la Unión y, hasta el momento, se han opuesto Alemania, Dinamarca, Austria y Suecia.

El tipo mínimo del IVA en la UE es del 15% (en España es del 16%), pero cada país de la Unión ya tuvo en su día la opción de aplicar dos tipos reducidos. En el caso de España, esas reducciones se aplican, de un lado, a libros, revistas, periódicos o material escolar (4%), y de otro, a los sectores de la restauración y la alimentación (7%). Hace ya meses que Francia pidió nuevas excepciones para la restauración y los discos, pero sus propuestas han sido rechazadas sistemáticamente.

Ahora, la posición francesa cuenta con el apoyo español porque el nuevo Gobierno socialista desea rebajar al 4% el IVA sobre el sector musical y al 1% el impuesto sobre los libros. El propio vicepresidente y ministro de Economía, el ex comisario Pedro Solbes, comentó recientemente en Bruselas que la actual normativa europea está para ser cumplida por todos y que, por tanto, será muy difícil modificarla.

En esa misma línea, la Comisión Europea difundió ayer un informe en el que aconseja a los Estados que armonicen sus impuestos sobre las bebidas alcohólicas porque las grandes diferencias entre los países nórdicos (con las tasas más elevadas) y los del sur favorecen el contrabando y distorsionan la competencia. Además, Bruselas propone que los impuestos mínimos sobre el alcohol fijados en 1993 se actualicen de acuerdo con la inflación (ha aumentado un 24% desde ese año). Bruselas se apresuró a decir que en ningún caso está proponiendo que los impuestos sobre las bebidas alcohólicas aumenten un 24%.

Impuesto al vino

En el caso del vino, Bruselas es partidaria de fijar alguna tasa mínima dado que hoy es cero el nivel impositivo en 12 países (España, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo, Austria, Portugal...). En una versión previa del informe, la Comisión recomendaba que ese impuesto mínimo sobre el vino fuera de 0,14 euros por litro y que el máximo se situara en 1,2 euros por litro. Finalmente, no hizo propuesta alguna. "No hay ninguna propuesta, porque la fuerza del lobby del vino es tal que sería inútil proponer nada", declaró un portavoz de la Comisión.

Hoy, los impuestos sobre una botella de vino varían enormemente en la Unión. Junto a los 12 países que excluyen la imposición, Irlanda aplica 1,91 euros por botella; el Reino Unido, 1,77, y Suecia, 1,70. Es a estos países a los que Bruselas recomienda, sin concretar, que apliquen un tipo máximo más bajo.

Para poder aprobar cualquier medida de esa clase, la UE también tendría que hacerlo por unanimidad, algo imposible hoy dada la radical oposición de los países productores de vino. Se trata, además, de un producto cuyo consumo se ha reducido en los últimos años y, en paralelo, ha aumentado el de la cerveza.