Aprobada la ley para mejorar los barrios en crisis, la primera que tramita el Gobierno tripartito

El Parlament aprobó ayer la primera ley de la legislatura. Es la que establece la creación de un fondo para mejorar barrios en crisis, un proyecto que la oposición ya intentó que se aprobara en el periodo anterior, sin que la mayoría de CiU y el PP estuviera por la labor. Ayer, en cambio, hubo casi unanimidad. La ley cosechó los votos de los partidos que apoyan al Gobierno (PSC, ICV y ERC) y también los del PP, que además retiró las enmiendas que no le fueron aceptadas. CiU votó a favor de una parte de la ley y en contra del resto. No pudo defenderla su principal impulsor, hoy secretario de Planificación del Departamento de Política Territorial, Oriol Nel.lo. No obstante, estuvo en la tribuna y al final recibió no pocas felicitaciones.

La ley prevé rehabilitar barrios en crisis, tanto núcleos urbanos de ciudades como polígonos donde lo mejor no es la arquitectura y el mantenimiento ha resultado escaso o nulo. Se hará siempre en colaboración con el Ayuntamiento correspondiente, que deberá financiar una parte de las obras (entre el 25% y el 50%, según los casos), según explicó el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, que la definió como una ley "para la esperanza, el optimismo y la convivencia". La inversión total rondará los 600 millones de euros.

La coincidencia en la votación no evitó cierta tirantez en la discusión parlamentaria. Sobre todo tras la intervención del diputado de Unió Carles Puigdomènech. CiU, dijo, apoyaba el contenido pero criticaba los procedimientos previstos y la, en su opinión, escasa financiación. Aseguró que no hacía falta la ley y trató de hacer resaltar unas supuestas diferencias en el seno del Gobierno, a cuenta de que la ley la impulsaba Política Territorial, mientras que Vivienda depende de Medio Ambiente. Puigdomènech estuvo incisivo y aseguró que el tripartito ha dejado de lado sus promesas de inversión y ha rechazado la participación ciudadana.

Las respuestas del PSC (Roberto Labandera) e ICV (Dolors Clavell) fueron corrosivas. Labandera aseguró que la participación defendida por CiU era la de "la sardinada pagada con fondos públicos en vísperas electorales", mientras que sus dirigentes hacían "como la reina de Inglaterra: cuando pasaban por un barrio pobre corrían las cortinillas del coche". Clavell optó por contraponer la rehabilitación que busca la integración social a las actuaciones de CiU, consistentes en promocionar campos de golf con urbanizaciones anexas.