"España se juega su futuro con la escuela pública"
María Jesús San Segundo responde sentada en una esquina del amplio sofá de su despacho ministerial en la calle de Alcalá. Habla en tono relajado, con cierta lejanía académica. En las manos sostiene un puñado de informes a los que, a veces, lanza una rápida ojeada. No los soltará hasta el final de la entrevista.
Pregunta. Su ministerio es uno de los que más retos tienen esta legislatura.
Respuesta. Es la hora de la educación. Históricamente, el país no se puede permitir otra cosa. Estamos en Europa y no nos podemos quedar descolgados del modelo europeo. Es, sin duda, la hora de la educación en este país.
P. ¿Y con qué apoyos parlamentarios piensan contar en su reforma?
R. Lo fundamental es el debate que se ha abierto. Ahí es donde se definirán los puntos mínimos de acuerdo, algo que no se había conseguido antes. Vamos a ser tremendamente ambiciosos para el sistema educativo y vamos a buscar el máximo consenso posible. Pero ahora es pronto para saber cómo se va a traducir ese proceso de debate en acuerdos parlamentarios.
"Lo fundamental es que con una sola prueba general se acceda a la Universidad"
"El objetivo para 2010 es que el 85% de los jóvenes haya completado el bachillerato o la formación profesional"
"Los centros públicos y privados concertados se tienen que hacer todos responsables de la atención a toda la población de su zona"
P. ¿Pero es posible el pacto con el PP?
R. Eso se lo tiene que preguntar a ellos. Nosotros vamos a iniciar el debate. Hemos partido de una postura que no es maximalista, hasta el punto de que sólo hemos paralizado la LOCE en aquellos aspectos que tendrían que haberse puesto en marcha el próximo curso, pero dejando todos aquellos aspectos que ya tenían vigencia académica, e incluso excluyendo de la paralización la gratuidad de la educación infantil y las nuevas enseñanzas de los idiomas.
P. ¿No podrían haber paralizado la repetición de curso con más de dos suspensos?
R. El cumplimiento de la legalidad es importante y las medidas que están vigentes este curso se tienen que mantener. Pero no compartimos la idea de que repetir es calidad. Es necesario añadir muchas otras medidas para tener auténtica calidad para todos.
P. Zapatero prometió a lo largo de la campaña electoral apoyar a la escuela pública. ¿Cómo lo va a hacer?
R. En un país con alto nivel de desarrollo como España la pieza fundamental es la calidad de la escuela pública. El país se juega su futuro en ser capaz de garantizar calidad educativa para toda la población y eso sólo se consigue con la escuela pública. Por lo tanto, el papel de los centros públicos va a ser cada vez más importante.
P. ¿Va a modificarse el reparto entre los centros públicos y los privados concertados de los alumnos inmigrantes y de los que tienen problemas de rendimiento?
R. La atención a la diversidad debe ser clara. Las normas sobre la admisión de alumnos afectan a la atención a la diversidad y a la integración de los diferentes estudiantes. Ante esto hay un acuerdo total: que los centros sostenidos con fondos públicos se hagan todos responsables de la atención a toda la población de su zona geográfica. Desde el punto de vista de la Administración central esto afecta a las normas básicas de los conciertos, que se pueden mirar en su momento. Pero las competencias son compartidas y van a tener una influencia fundamental los desarrollos que hagan las diversas comunidades.
P. ¿Van a ofrecer una alternativa a los itinerarios de la Ley de Calidad para atender la diversidad?
R. Todos queremos abordar la atención, la diversidad, y hay la sensación de que no hemos hecho lo suficiente. Si la UE se ha puesto como objetivo para el año 2010 que el 85% de los jóvenes haya completado el bachillerato o la formación profesional, está claro que nosotros no podemos permanecer al margen. Debemos ser más ambiciosos, porque eso es lo que necesitan las nuevas generaciones para actuar en el mercado único de la UE, para tener empleos de cierta estabilidad y posibilidades de promoción. Merece la pena volver a revisar la atención a la diversidad, porque los itinerarios eran una opción que tenía riesgo de segregación. Nos preocupan las situaciones que podrían conducir a los estudiantes fuera del sistema educativo. Pero el sistema tiene que recuperarlos. El éxito de algunos países reside en la idea de darles varias oportunidades, esto es, de que su futuro no se decida de una vez y para siempre, de que las decisiones sean reversibles.
P. ¿Qué van a hacer con la selectividad?
R. Veremos en el debate qué es lo que al final se considera más adecuado, si una prueba desde la secundaria con participación de las universidades o desde las universidades con participación de la secundaria. Al final estamos de nuevo en un debate terminológico. El aspecto fundamental es que con una sola prueba general se acceda a la Universidad. Luego veríamos los otros detalles técnicos. Es difícil pensar que exista una prueba mágica que mida a los 18 años quién tiene las mejores condiciones para acceder a cada una de las carreras específicas. Al final, no existen grandes opciones más allá de una prueba general. La reválida que aprobó el PP rompía totalmente el vínculo entre Universidad y secundaria.
P. ¿Pero se podrá obtener el título de bachillerato sin esa prueba?
R. Existen varias opciones. En el debate hay que equilibrar la garantía de calidad educativa, opciones laborales de los jóvenes y la referencia internacional. Hay que garantizar tanto que nuestros estudiantes tengan las mayores facilidades para entrar en otros sistemas educativos como el acceso de los estudiantes extranjeros a España, un aspecto que con la selectividad plantea problemas. Por ejemplo, un estudiante que tiene la reválida en otro país ha de pasar la selectividad para ingresar en la Universidad española.
P. Ahora se estudia religión o sus alternativas desde los 6 a los 17 años. ¿Van a sacar el estudio de la religión del horario lectivo?
R. El calendario de aplicación de la Ley de Calidad se ha paralizado durante dos años y las cosas se quedan como están. Además, la mayor parte de la regulación que existe desde 1994 sobre la asignatura de religión tiene una cierta aceptación. En el debate estoy segura de que surgirán todas las posiciones y me parece muy bien.
P. En este país se está despidiendo a profesores de religión contratados por el Estado por haber hecho una huelga o por casarse con un divorciado. ¿Se va a mantener esa situación?
R. En algún momento hay que analizar cuál es la situación de los profesores de religión dentro de un debate global. Yo creo que la Iglesia estará igualmente interesada en abordarlo.
P. ¿Pero hay algún cambio en perspectiva?
R. De momento vamos a mantener la situación tal y como está.
P. ¿Se cambiarán sólo algunos aspectos de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) o se derogará?
R. No somos maximalistas. Intentamos que haya un acuerdo porque al final lo que queremos es que funcione el sistema educativo. Hay que cambiar básicamente tres aspectos en los que parecen estar de acuerdo las universidades. El primero es la habilitación del profesorado. El modelo es ineficaz y costoso. Requiere un gasto elevado tanto económico como de tiempo personal para la celebración de unas pruebas que al final dan lugar a la habilitación de dos o tres personas en la mayor parte de los casos. Hay una inclinación, que espero que se traduzca en un consenso, por un modelo de acreditación de los profesores.
También hay que modificar el estatus jurídico y probablemente algunas de las competencias de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Y el tercer punto es el acceso a la Universidad. Que se repite en las dos leyes, la LOCE y la LOU.
P. ¿Tiene previsto paralizar en breve las pruebas de habilitación del profesorado?
R. Habrá que decidirlo también con acuerdo. Dependerá del calendario que se haga para la modificación de la LOU.
P. ¿Cuándo iniciarán la educación pública bilingüe, es decir, a impartir algunas asignaturas en inglés en todos los centros públicos, que era también una promesa electoral?
R. Ya están empezando en algunas comunidades experiencias de este tipo. El futuro es actuar en esa dirección apoyándose en programas de movilidad del profesorado, mediante las iniciativas europeas y con otras que se consideren convenientes, para que los que realicen estancias en el extranjero puedan impartir luego enseñanza bilingüe.
P. ¿Cómo va a financiar la educación infantil de 3 a 6 años?
R. El Gobierno se ha comprometido a garantizar el derecho a la gratuidad y, en consecuencia, a financiar. Pero nosotros no podemos decir a las comunidades en qué se gasta. Tendremos que hacer una valoración técnica para ver cuánto representa para las comunidades garantizar el derecho a la gratuidad. Esta cuantificación pasará luego por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero las comunidades autónomas tienen capacidad para planificar, por lo tanto, no podemos decidir cómo se cubre la gratuidad de 3 a 6 años en las distintas comunidades.
P. Ya hay bastantes comunidades que están optando por aumentar los conciertos a centros privados en la educación de 3 a 6 años, ¿no es ésta una manera de financiar desde el Estado de forma indirecta a los centros privados concertados?
R. Mi lectura de lo que significa la financiación adicional que se va a dar es que las comunidades autónomas van a tener presupuesto para atender a la escuela pública. La Ley de Calidad no financió ni presupuestó esta medida en la pasada legislatura. Ahora nosotros la mantenemos y actuaremos de forma responsable financiándola.
P. ¿Qué medidas concretas considera prioritarias para luchar contra el fracaso escolar?
R. El indicador más fiable sobre el fracaso escolar es el de la UE. Ésta fija como objetivo que el 85% de los jóvenes a los 22 años en el 2010 haya completado bachillerato y FP. El dato de España señala que estamos en el 69% de jóvenes con bachillerato o FP. Ésta es la distancia que tenemos que recorrer. La primera medida para luchar contra el fracaso escolar es fomentar la igualdad de oportunidades, para lo que hemos destinado 66 millones de euros adicionales para becas sobre lo ya establecido para el próximo curso. Las becas juegan un papel fundamental. No es casualidad que se redujera el porcentaje de estudiantes que tenía beca en bachillerato y FP y que se estancara a los 17 años la escolarización. En los últimos años no crecía. No podemos pensar que las becas no tienen nada que ver. Hay alumnos que necesitan la ayuda financiera para continuar estudiando, para no tener que ponerse a trabajar a tiempo completo.
Por otro lado, los informes internacionales reflejan que la intervención con los niños de 2 o 3 años tiene un gran impacto a la hora de prevenir desigualdades. Está claro que los niños desarrollan esos años capacidades y habilidades, más que conocimientos. Hay resultados bastante impresionantes de algunos estudios del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE). Por ejemplo, en las evaluaciones que se hacen a los estudiantes al final de primaria se ve que en las tres materias que se evalúan (Matemáticas, Lengua y Conocimiento del Medio) los niños escolarizados desde los 2 años tienen unos resultados mucho más elevados.
P. ¿Y en las etapas posteriores?
R. Todos tenemos la sensación de que no se ha hecho lo suficiente en este país, de que hay que superar debates terminológicos. Va a ser necesaria una apertura para pensar que nos tenemos que poner de acuerdo sobre normas mínimas y que luego tiene que haber también diversidad en la atención a la diversidad. Porque el tipo de diversidad que hay en los distintos municipios es muy variada. En algunos casos es sólo por presencia de estudiantes inmigrantes, en otros hay además diversidad de idiomas de origen; en otros hay diversidad económica o de capacidades de los niños. Es útil analizar qué está funcionando en las comunidades autónomas y qué se ha estado haciendo en otros países, como en Francia o en Finlandia. No va a haber una solución mágica que se pueda incluir en ninguna ley. Tenemos que potenciar algo que es muy importante: que el centro se implique y que el profesorado se vea apoyado.
P. Toda esta ayuda a la diversidad del alumnado requiere mucha más inversión.
R. El martes pasado cumplimos un mes de Gobierno. ¡No vamos a pasar 28 créditos extraordinarios en un mes por el Consejo de Ministros! Pero hemos establecido un récord. Hemos aprobado en cuatro semanas dos medidas educativas con consecuencias financieras importantes. Es suficiente muestra del compromiso de este Gobierno y de su presidente con la educación. La educación es importante para el desarrollo de un país, lo arrastra todo.
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