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La comisión del 11-S revela graves errores en la gestión de la tragedia

Los fallos de coordinación dificultaron la evacuación de las torres

El 11-S fue una catástrofe en todos los sentidos. Los fallos se concatenaron durante los 100 frenéticos minutos que las Torres Gemelas aguantaron en pie tras el impacto de los dos aviones repletos de combustible. Hubo graves y sistemáticos problemas de comunicación y una evidente falta de coordinación entre los mandos de los cuerpos de emergencia, que desembocaron en una gestión caótica de la evacuación de los edificios.

Nueva York volvió a revivir durante dos días, minuto a minuto, a través de testimonios, fotos, vídeos y gráficos, la tragedia del 11-S ante la rabia de los cientos de familiares de víctimas de los atentados que acudieron a las sesiones de trabajo de la comisión de investigación, celebradas a escasos tres kilómetros de la zona cero. Hasta ahora, los trabajos de la comisión independiente del 11-S se habían centrado en los fallos de inteligencia. El examen de las operaciones de rescate tiene como objetivo sacar lecciones de los errores cometidos para hacer frente a futuros atentados.

Los testimonios de los mandos de la policía, del cuerpo de bomberos y de la Autoridad Portuaria -propietaria de las Torres Gemelas del World Trade Center- pusieron de manifiesto una falta grave de coordinación entre las agencias a la hora de gestionar la evacuación de las torres antes de derrumbarse. A esto se le sumó la falta de un plan de emergencia o de protocolos que permitiera ordenar la información para lidiar con la crisis. La policía intentó coordinarse con los bomberos, pero estos últimos rechazaron su oferta. Los medios eran escasos, el personal no estaba preparado, la información se solapaba y las indicaciones de evacuación dentro de las torres eran confusas, cuando no se topaban con puertas de emergencia cerradas con llave.

Los servicios de inteligencia nunca informaron a las autoridades locales de los riesgos de un atentado masivo ni se hicieron pruebas de evacuación en los edificios porque no se consideró necesario. Los cambios en la seguridad introducidos tras el primer atentado contra las Torres Gemelas, en 1993, estaban diseñados para hacer frente a un ataque químico. Y entretanto, el servicio de emergencia 911 aconsejaba a las personas atrapadas que permanecieran donde se encontraban a la espera del rescate. Esta sucesión de errores puso en evidencia a las labores de rescate, según los mandos interrogados.

Todos esos problemas aún persisten, según indicaron los distintos expertos que intervinieron en la sesión. John Lehman fue el miembro más duro de la comisión en sus preguntas a los responsables de la gestión de la crisis del 11-S, hasta el punto de que calificó la situación de "escandalosa". El entonces alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, reconoció que hubo "errores terribles" y apeló a la "genialidad creativa" de los agentes para salvar vidas. Pero también dijo que si al final hubo 2.750 víctimas mortales, en lugar de las 15.000 de los primeros cálculos, fue "gracias a cómo se llevó a cabo la evacuación".

El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, durante su comparecencia ante la comisión del 11-S.
El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, durante su comparecencia ante la comisión del 11-S.REUTERS

Las vergüenzas del héroe

Rudolph Giuliani se convirtió tras los atentados del 11-S en un símbolo del control y del liderazgo en momentos de crisis por su firmeza en la gestión de la catástrofe. Su comparecencia ayer ante la comisión de investigación del 11-S se esperaba con interés. Pero se le tornó oscura y puso en evidencia sus vergüenzas, hasta el punto de que los familiares de las víctimas cortaron en varias ocasiones su intervención increpándole con gritos de "¡mentiroso!" y de "¡esto es una pérdida de tiempo!". Giuliani se mostró comprensivo pero quiso dejar claro que la rabia debe dirigirse hacia "los terroristas".

Los diez miembros de la comisión que investiga los fallos que llevaron al 11-S se mostraron muy suaves en su interrogatorio al alcalde convertido en héroe tras los atentados a las Torres Gemelas. Una actitud que contrastó con las duras críticas e incisivas preguntas a las que se sometió a otros comparecientes. Giuliani, además, se mostró esquivo en su explicación de la gestión de la crisis y evitó pronunciar las palabras caos o confusión, que se citaron en intervenciones anteriores.

Una actitud que provocó que la rabia contenida en la sesión del martes se convirtiera en gritos de protesta de los familiares. "Mi hijo fue asesinado", lamentaba Rally Regenhard mientras se pronunciaba Giuliani. Era bombero. La intervención del ex alcalde se dio por finalizada cuando uno de los asistentes tuvo que ser desalojado de la sala. "¡Miles de personas están muertas!", gritaba mientras decía que "los que se salvaron no fue porque fuera un buen líder... ¡háganle verdaderas preguntas!". Su hermano era bombero y murió tras el colapso de la Torres Gemelas.

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