"Una solución en Oriente Próximo debe ser acordada por las dos partes"
Madrid
El secretario de Estado adjunto de EE UU para Oriente Próximo, William Burns, es un hombre muy ocupado. En los últimos cinco días ha saltado de un avión a otro en sucesivos viajes a Marruecos, Túnez, Jordania, Berlín, París y finalmente ayer Madrid en una visita relámpago antes de volar otra vez a Estados Unidos. Justo el tiempo para participar en una mesa redonda en la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), un almuerzo en el Ministerio de Exteriores, y contestar a unas preguntas de este periódico. Tanta actividad se explica al constatar que en su agenda aparecen países tan conflictivos como Irak, Israel y los territorios palestinos, Siria, Marruecos y el Sáhara Occidental, Irán o Libia, por sólo citar a los que copan los titulares en la actualidad.
Una actualidad de "incertidumbres y frustraciones", afirma Burns, y en parte debido a la política de su país, que ha cometido "errores", reconoce. Lo que no ve como un error es el apoyo del Gobierno estadounidense al plan unilateral del primer ministro israelí, Ariel Sharon, de retirada de Gaza y de parte de Cisjordania. "Es una oportunidad, porque puede ser un primer paso para la aplicación de la Hoja de Ruta [el plan de paz diseñado por EE UU, la UE, Rusia y la ONU, y que establece un reglamento del conflicto por etapas], que dependerá en última instancia de las negociaciones entre las partes [israelíes y palestinos] sobre temas como los territorios, los refugiados u otros. Es el trabajo de las partes arreglar estos problemas". La anexión de hecho por parte de Israel de las colonias judías en Cisjordania, tal como lo define el plan presentado por Sharon, no puede ser considerado como una solución definitiva. "Cualquier solución definitiva tiene que ser acordada por las dos partes", asegura Burns.
El representante norteamericano reafirmó la oposición de su Gobierno a la campaña emprendida en los últimos días por el Ejército israelí en Gaza, donde ha destruido un gran número de casas de palestinos. "Las dos partes tienen obligaciones: los palestinos tienen que combatir claramente a los grupos extremistas, e Israel tiene que parar la edificación de nuevas colonias en Cisjordania y acabar con la destrucción de casas". En los tres últimos años, la situación ha empeorado, dijo Burns, tanto por la humillación de los palestinos que viven bajo ocupación, como por la inseguridad que padecen los israelíes. La solución es cada día más evidente, afirma: "Dos Estados".
Pero más que el conflicto israelo-palestino, el verdadero rompecabezas de la Administración norteamericana en este momento es Irak. "Era insensato para cualquiera subestimar la complejidad de este país", reconoció el secretario de Estado adjunto. Estados Unidos cometió errores en Irak, dijo, como por ejemplo el apartar de sus responsabilidades a todos los miembros del antiguo régimen, algunos de los cuales hubieran podido ser útiles a la reconstrucción. Lo más grave para Burns son los casos de malos tratos a presos iraquíes. "Sé que nos hizo mucho daño; sé que la gente tiene mucha desconfianza y cólera; pero lo mejor que podemos hacer, después de haber expresado nuestras excusas, es hacer algo para que no se reproduzca".
De los posibles abusos contra los presos de la base de Guantánamo (Cuba), Burns prefiere no hablar. "No es mi área de responsabilidad", se defiende. A raíz del escándalo de las cárceles en Irak, algunos métodos de interrogatorios (la privación de sueño o mantener a los presos en posiciones incómodas durante largos periodos) fueron prohibidos por considerarlos "inhumanos", en palabras de Paul Wolfowitz, el subsecretario de Defensa. Estos métodos "inhumanos", sin embargo, se siguen aplicando en Guantánamo. Aparentemente, es una cuestión de legalidad. "No quiero entrar en los detalles legales que distinguen Guantánamo de Irak, no soy un experto", se disculpa el secretario adjunto Burns.
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