Alemania da el primer paso para crear un gigante europeo de construcción naval
ThyssenKrupp fusiona sus astilleros con HDW para competir con las firmas asiáticas
El consorcio industrial alemán ThyssenKrupp y el fondo de inversión de EE UU One EquityPartners (OEP), propietario de los legendarios astilleros alemanes HDW, anunciaron ayer la intención de llegar en julio a una fusión. Esta boda de elefantes del sector naval alemán, tras años de negociaciones, se considera como un primer hito hacia la creación de un gigante europeo en este sector, similar a lo que significa EADS en la industria aeronáutica. El resultado sería una enorme empresa, con un volumen de negocio de 2.200 millones de euros y una plantilla de 9.300 empleados.
La nueva empresa sería capaz de competir con los gigantes asiáticos del sector y fabricaría barcos de guerra, sobre todo submarinos y fragatas, y también para usos civiles, como transbordadores y yates de recreo. La fusión entre ThyssenKrupp y HDW se considera el primer paso hacia una gran empresa europea del sector y, al mismo tiempo, para la retirada de este negocio de OEP, una sociedad internacional de inversores financiada por el banco One Corporation, con sede en Chicago.
La agencia France Presse destaca la importancia del acuerdo y su coincidencia con los planes esbozados por el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, de fomentar proyectos industriales paneuropeos. Recientemente, la ministra de Defensa de Francia, Michelle Alliot-Marie, se pronunció sobre la necesidad de crear "una EADS marítima para no quedar distanciados de los competidores chinos o del sureste asiático". En la empresa europea de aeronáutica EADS, creada en julio de 2000, participan la alemana DASA, el consorcio francés MATRA y la española CASA.
Hace cuatro años, el fondo OEP compró por 400 millones de euros los astilleros HDW y, al mismo tiempo, asumió un crédito pendiente por 500 millones de euros. Por esa cantidad, OEP se llevó a una joya de la industria naval alemana. HDW, según la agencia alemana DPA, tiene una plantilla de 6.300 asalariados, de los que 3.200 trabajan en su sede central en Kiel, al norte de Alemania, y cuenta con filiales en Suecia y Grecia. El año pasado, HDW, principal fabricante de submarinos no nucleares, logró un volumen de negocio de 1.300 millones de euros. Su cartera de pedidos a finales de 2003 era de 4.300 millones de euros.
Barcos de guerra
El 80% del negocio de HDW procede de la construcción de barcos de guerra. La división naval del consorcio ThyssenKrupp gestiona tres grandes astilleros en Hamburgo y Emden, con una plantilla de 3.066 personas y un volumen de negocio de 992 millones de euros.
Las capitulaciones matrimoniales consisten en que ThyssenKrupp adquiera todas las participaciones de los fondos OEP en los astilleros HDW. Como contrapartida, OEP recibirá un 25% de la nueva empresa. Por la compra de HDW, ThyssenKrupp pagará en efectivo 170 millones de euros a los fondos OEP, más otros 70 millones por el derecho a llevar la gestión de la nueva empresa. En un comunicado afirma ThyssenKrupp que el acuerdo "representa una importante consolidación de los astilleros europeos".
La fusión tendrá que someterse a las autoridades antimonopolio alemanas y de Bruselas, pero no se esperan problemas. Cuenta el matrimonio con el beneplácito de los políticos, y no sólo alemanes. Los sindicatos tampoco se han pronunciado en contra de la fusión, a pesar de los riesgos latentes de una posible reducción de plantillas. El dirigente del sindicato IG Metall de Kiel, Wolfgang Mädel, declaró que "una cooperación alemana de este tipo tenía que haberse realizado ya hace tiempo para preservar la competitividad de los astilleros alemanes contra los subvencionados de Corea y China". No obstante, el sindicalista advierte del peligro de que "una fusión así lleve muy pronto a la destrucción de puestos de trabajo".
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