¿Por qué hay que reformar el Estatut?

¿Por qué hay que reformar el Estatuto de Autonomía de Cataluña? ¿Para qué? ¿Qué habría que introducir o cambiar en él? Cinco veteranos dirigentes de la política catalana acudieron ayer al Parlament del que fueron diputados en la primera legislatura autonómica para dar sus respuestas a estos interrogantes. Se trata de cinco pesos pesados, que a partir de 1980 intervinieron, desde puestos de responsabilidad, en la puesta en marcha del Estatut: Isidre Molas (PSC), Macià Alavedra (CiU), Heribert Barrera (ERC), Vicenç Capdevila (Centristes-UCD) y Antoni Gutiérrez Díaz (PSUC).

Los cinco acudieron al Parlament para participar en la conmemoración del 25º aniversario de la aprobación del Estatut, que tuvo efecto en 1979. Todos ellos juzgaron positivos los 25 años de autonomía. Pero opinaron que hay aspectos "mejorables" y que la práctica no siempre se ha correspondido con lo que el texto del Estatut parecía prometer.

Molas, por ejemplo, destacó que la eficacia de los órganos de control del Gobierno catalán (el Parlament, el Síndic de Greuges y la Sindicatura de Cuentas) deja mucho que desear, y que el conocimiento de la ejecución real del presupuesto por los diputados y los ciudadanos es muy insuficiente. El resultado es que se debate, y se controla, un proyecto de presupuesto, pero lo que realmente gasta y hace el Gobierno es otra cosa. Molas, que además de ser ahora vicepresidente del Senado es catedrático de Derecho Constitucional, señaló que de ahí radica una de las causas del alejamiento de los ciudadanos respecto de la política.

Mucho más prosaico, Alavedra insistió en que habría que buscar una fórmula para "blindar" las competencias exclusivas de la Generalitat y en que la "financiación es básica". Se mostró de acuerdo con la fórmula utilizada por el presidente catalán, Pasqual Maragall, según la cual Cataluña tiene que aspirar a "pagar por renta y recibir por población". Pero Alavedra advirtió que el déficit fiscal de Cataluña "sólo se corregirá si el Estado invierte en Cataluña".

Que Molas y Alavedra consideraran positivos los 25 años de Estatut era de esperar, pues no en vano pertenecen a los partidos que más intervinieron en su redacción. La sorpresa la dio Heribert Barrera, el ex presidente de Esquerra Republicana que ya en 1980 exigió la inmediata reforma del Estatut por juzgarlo insuficiente. Ayer afirmó que el balance de su aplicación es "globalmente positivo", y que si en algunos aspectos hay decepción es porque había expectativas "demasiado grandes".

Barrera propuso que en la reforma del Estatut se conceda al Parlament la facultad de autodisolución para compensar el reforzamiento del papel del presidente de la Generalitat producido cuando en 1985 se le atribuyó esa misma facultad. Argumentó que para sustituir al presidente se requiere una moción de censura "constructiva" de casi imposible formación sin convocar elecciones.

Otro asunto tratado fue la figura del conseller en cap. Vicenç Capdevila y Antoni Gutiérrez Díaz criticaron la forma en que fue instituida. "No puede ser que sea más importante por las competencias que acumula que por sus funciones políticas", dijo Gutiérrez. El presidente del Parlament, Ernest Benach, que abrió el acto conmemorativo, pidió un debate sin tabúes ni miedos. Para animarlo, afirmó que el Estatut debería dar a la Generalitat la facultat de convocar referendos.