Euskadi registra un detenido diario por violencia contra la mujer en el último mes
La Ertzaintza ha arrestado a 36 hombres por agredir o amenazar a sus parejas o ex mujeres
La Ertzaintza ha detenido en el último mes a 36 hombres acusados de agredir o amenazar a otras tantas mujeres. Una fría cifra que esconde una preocupante media: todos los días ha sido arrestado en Euskadi al menos un hombre por utilizar la violencia contra una persona del género opuesto, en la mayoría de los casos su pareja o ex compañera sentimental.
Desde el 13 de abril hasta el mismo día de este mes, la Policía autonómica ha detenido además a doce hombres por quebrantar la orden judicial de alejamiento de sus mujeres o ex parejas maltratadas, a las que han acosado o coaccionado, según la información facilitada por el Departamento de Interior.
La obligación del agresor de mantenerse alejado de la víctima es precisamente una de las medidas penales que contempla la Orden de Protección aprobada por el Gobierno del PP el pasado verano para amparar a quienes sufren la violencia de género en un plazo máximo de 72 horas. Desde que entró en vigor el 1 de agosto hasta el 31 de diciembre de 2003, un total de 443 personas, el 95,7% mujeres y el resto hombres, solicitaron en el País Vasco a los jueces acogerse a la citada protección. Los magistrados aprobaron 307 peticiones, un 69%, y desestimaron las demás, según los datos aportados por el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial. Este organismo no ha terminado de recabar las cifras de lo que va de año.
El alejamiento es la medida penal que más han adoptado los jueces, seguida de la prohibición de que el agresor se comunique con la afectada, según precisa la Consejería vasca de Justicia. Tanto las víctimas como las agrupaciones que trabajan con ellas insisten en demandar mecanismos que garanticen el cumplimiento real de esas decisiones judiciales.
A la espera de que se apruebe la Ley integral contra la violencia de género que ultima el nuevo Ejecutivo socialista, entidades como la Asociación Clara Campoamor auguran un año "tremendo" y subrayan que se está "extremando" la agresividad" en este tipo de delitos. Los datos de la Ertzaintza no llevan a pensar lo contrario.La Policía autonómica contabilizó durante el primer trimestre de este año 373 mujeres maltratadas física o psicológicamente en el País Vasco, lo que supone un incremento del 94% respecto al mismo periodo de 2003. En cualquier caso, fuentes del Departamento de Interior precisaron que la reforma que experimentó el ejercicio pasado el Código Penal hace que agresiones o lesiones que antes no estaban tipificadas ahora si lo estén, por lo que el aumento real rondará el 30%.
A lo largo de estos tres meses, las féminas que tras sufrir una agresión presentaban lesiones ascendieron a 139, frente a las 122 del primer trimestre del año anterior, de manera que se ha registrado una subida del 14%. A la vista de estas cifras, la Ertzaintza sostiene que las mujeres víctimas de malos tratos cada vez denuncian más a sus agresores, al margen de que éstos les causen o no lesiones.
Las denuncias no sirvieron de mucho a Endurance, la mujer senegalesa de 33 años y embarazada de ocho meses que murió el pasado febrero en Bilbao al caer de un cuarto piso tras la última agresión de su pareja. La víctima había pedido que se anulara el alejamiento de su compañero. El caso de esta chica obligó a poner un uno en el apartado de fallecidas a manos de sus maridos en 2004 en Euskadi, después de que el año pasado no se registrara muerte alguna, según la estadística policial. En febrero además, un hombre confesó haber matado a su esposa, la donostiarra Belén Muro, y a la hija de ambos en la localidad vascofrancesa de Hendaya.
Problema multidimensional
Las mujeres son las principales víctimas de la violencia de género, pero los hombres también la sufren. Entre enero y marzo, 45 varones denunciaron haber sido agredidos por sus cónyuges, frente a los 29 del primer trimestre de 2003, de manera que se ha dado una subida del 55%.
La psicóloga Grego Mendiguren y la trabajadora social Kontxa Aizpurua lidian cada día con episodios de violencia de género en Guipúzcoa. Trabajan en el Servicio de Asistencia a la Víctima, dependiente de la Consejería de Justicia. "Cada caso es un mundo y no se puede generalizar", afirman. A partir de ahí, lanzan interrogantes y subrayan la necesidad de fijarse en qué hacen otros países. "¿Tenemos las terapias adecuadas para tratar a las maltratadas y a los maltratadores? ¿Estamos formados los profesionales para este tipo de intervenciones?", se pregunta Mendiguren, quien asegura que estamos ante "un problema multidimensional, que no acaba en la protección a la mujer, aunque ésta sea muy importante".
Ella y Aipurua tratan de ayudar a las víctimas a ordenar sus vidas, a organizarse y tener claro qué pueden esperar de cada uno de los recursos del sistema. "No pueden pedir al aparato judicial, por ejemplo, que transforme a sus parejas con una varita mágica", apunta la trabajadora social.
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