Los dominicanos tocan fondo
La República Dominicana acude mañana a las urnas en medio de la peor crisis de la última década
"Gobernar es hacer", proclama un desgastado afiche callejero del oficialismo. También, deshacer. La crisis económica de República Dominicana causada por choques externos y las torpezas del Gobierno del atípico socialdemócrata Hipólito Mejía, candidato a la reelección en las generales de mañana, disparó la pobreza entre un 16% y un 20%, según un informe preliminar del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Miguel Ceara-Hatton, su coordinador, sostiene que el deterioro era "perfectamente previsible" desde hace dos años. Desesperanzados, más de un millón de dominicanos emigraron a Estados Unidos, principalmente, o a España. Sus remesas constituyen, después del turismo, la segunda fuente de ingresos.
América Latina repuntará tímidamente este año, pero República Dominicana no: se contraerá un 1%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al final del pasado ejercicio había caído medio punto bajo cero. La inflación fue del 42,6% en 2003, y del 24,3% en el primer trimestre de este año; el dólar pasó de costar 17 pesos en enero del 2000 a los 55 en su pico más alto. "Pero aquí se puede gosar. Tenemos buen clima, poca delincuencia y el proceso con las mujeres es sencillo", enumera Virgilio, estudiante de leyes y camarero. Gosar, sin embargo, no es fácil para la mayoría de los ocho millones de dominicanos, el 40% en la pobreza, atrapados por la crisis más grave en una década.
El crecimiento de República Dominicana, con el 75% de su población mulata, el 10% blanca y el 10% negra, era del 7,8% en el año 2000, durante la investidura de Mejía, y 24 meses después se vino abajo por la debilidad del sistema y los errores oficiales. El déficit fiscal trepó hasta el 4,6% del PIB, las reservas en divisas se hundieron, el sector turístico perdió 2.350 millones de dólares un año después del 11-S, y las exportaciones de las zonas francas, un 14%. El endeudamiento exterior, 657 millones de dólares en negociación con el FMI, fue el siguiente paso en esta sucesión de desgracias. La deuda externa suma 5.500 millones de dólares, casi el doble de hace cuatro años.
Pero nada detiene el populismo latinoamericano y, entre sus promesas electorales, Mejía prometió reducir el impuesto sobre la renta del 25 al 15% y aumentar los salarios públicos un 30%. No sorprende, por tanto, que el opositor y ex presidente entre 1996 y 2000, Leonel Fernández, del centro derecha y cuya gestión macroeconómica fue relativamente buena, según las calificadoras de riesgo, lleve la delantera en las encuestas. Promete recuperar "la confianza" en el Gobierno de los inversores y de los otros agentes económicos.
Parcialmente detenido el caos, despegando de nuevo el turismo y las exportaciones, un 5%, la nueva Administración deberá abordar una reforma fiscal capaz de generar los ingresos suficientes para pagar los intereses de los 1.000 millones de certificados de inversión emitidos por el Banco Central durante el polémico proceso de salvamento de los 719.000 depositantes de Baninter, Bancrédito y Mercantil. "La reforma tributaria es una condición indispensable para asegurar la estabilidad de precios y de las tasas de cambio", comenta el economista Jaime Aristy.
Los dominicanos disfrutan de la vida, idolatran el béisbol y aguantan los históricos apagones, pero también se irritan. Dos huelgas generales causaron 14 muertos y frecuentemente se suceden paros parciales en demanda de subidas salariales.
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