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El Círculo de Economía reclama que se regularice a los inmigrantes con trabajo

Las cámaras de comercio piden que la reforma del Estatut se ajuste a la Constitución

El presidente del Círculo de Economía, Antoni Brufau, pidió ayer en el Parlament la regularización paulatina de los inmigrantes que pese a trabajar carecen de permiso de residencia en España. De lo contrario, advirtió, Cataluña corre el riesgo de incrementar aceleradamente su economía sumergida. Brufau presentó ayer, junto a Miquel Valls, presidente del Consejo General de Cámaras, sus propuestas para la reforma del Estatut ante la ponencia parlamentaria. Ambas opinaron que estas modificaciones deberían ajustarse a la Constitución.

En reiteradas ocasiones, el Círculo de Economía ha alertado sobre los riesgos que comportaba la política de extranjería del Gobierno del Partido Popular. En concreto, Brufau había criticado que los contingentes anuales de inmigrantes que fijaba el Ejecutivo eran "insuficientes" para afrontar las necesidades de mano de obra. Ayer, en el Parlament, Antoni Brufau persistió en esta tesis y subrayó que la inmigración "es el gran reto de Cataluña" porque es un fenómeno, apuntó, "que o termina en una ruptura o en integración. No existen términos medios".

Brufau reclamó como primera medida la regularización de los extranjeros que trabajan ilegalmente para evitar, dijo, que "dentro de ocho años nos encontremos con que el 50% de la economía catalana sea economía sumergida". "Ya sé que la frase papeles para todos no es políticamente correcta, pero es una de las soluciones que habrá que adoptar, en un cierto plazo de tiempo, para tener una sociedad cohesionada. De lo contrario, no puedo ni imaginarme las consecuencias", lamentó. Sus opiniones fueron compartidas por Miquel Valls.

Tanto Brufau como Valls se mostraron de acuerdo en que la Generalitat asuma la mayor parte de las competencias en materia de inmigración y en que así lo recoja el nuevo Estatut, porque estas políticas "han de ser desarrolladas desde los ámbitos administrativos más cercanos y conocedores de la realidad del inmigrante", opinó Brufau.

La negociación del Estatut, que según el presidente de las Cámaras de Comercio debería ser aprobado con el máximo consenso posible, tiene que ir en paralelo con la del nuevo sistema de financiación autonómica y éste ha de estar incluido en la reforma estatutaria. "Todo cambio en el Estatut tendrá una repercusión económica. Y un nuevo Estatut necesita una financiación suficiente y estable, que no sea fuente de discusión permanente con el Estado y otras comunidades", señaló el presidente del Círculo de Economía. No obstante, Brufau puntualizó que primero deben sentarse las bases sobre la Cataluña del futuro y "qué tipo de sociedad se desea. "A partir de aquí", agregó, "viene el resto". En opinión de este directivo, el nuevo Estatut debe permitir que "Cataluña sea uno de los motores de Europa en todos los sentidos".

Ambos ponentes coincidieron en señalar que el Estatut no debería significar una reforma de la Constitución e hicieron hincapié en varias ocasiones en que el "marco natural de Cataluña es España y el resto de Europa".

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Por su parte, Miquel Valls consideró necesario que el Estatut "evite normas y exigencias que puedan comportar un encarecimiento de los costes para las empresas catalanas", por ejemplo normas ambientales más estrictas o laborales más costosas y "ciertas normas de etiquetado".

El presidente de Pimec-Sefes, Josep González, reclamó, como Brufau y Valls, más competencias en planificación y ejecución de infraestructuras, necesarias, afirmaron, para el crecimiento económico de Cataluña.

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