El 'comando' del 11-M hizo una operación de narcotráfico siete días antes del atentado
El grupo reunió casi 40.000 euros en una 'caja de resistencia' para subsistir tras los ataques
El comando del 11-M financió la adquisición de los explosivos con una partida de 30 kilos de hachís y, justo el jueves anterior a los atentados, llevó a cabo una operación de tráfico de dicha sustancia, dirigida por Jamal Ahmidan. El grupo sacó de sus cuentas bancarias en los días previos a la masacre cerca de 40.000 euros, que la policía sospecha que iban a engrosar una especie de caja de resistencia para vivir en la clandestinidad tras el ataque. Parte de ese dinero, 30.000 euros, fue hallado tras el suicidio colectivo de siete de los integrantes del comando en un piso de Leganés (Madrid), el 3 de abril.
El grupo manejaba grandes sumas de dinero en metálico, según figura acreditado en los documentos recogidos en el sumario 20/2004, que instruye el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo. Parte de ese dinero, supuestamente, procedía del tráfico de hachís y otras sustancias estupefacientes y habría sido destinado "a la financiación de los atentados. Es más", continúa uno de los informes policiales obrantes en el sumario, "según manifestaciones de algunos de los detenidos, la operación de adquisición de explosivos podría haberse llevado mediante algún intercambio de droga".
Esta tesis se ve reforzada por el hecho de que varios de los implicados en el 11-M, José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro Castro, Jamal Ahmidan (el Chino), Rafá Zuheir y los hermanos Oulad Akcha "tienen antecedentes penales por actividades similares", es decir, por narcotráfico. La policía, además, ha detectado un viaje de Jamal a las islas Baleares el jueves anterior a los atentados, que achacan a "alguna operación de tráfico de drogas". Jamal Ahmidan era uno de los más radicales del grupo, "el más religioso de todos sus familiares", ya que "siempre tenía como tema de conversación la yihad", aseguran las diligencias policiales, que agregan que se convirtió "al islam radical en las cárceles", especialmente en la de Tánger.
Pasaporte falso
Jamal Ahmidan viajó el 4 de marzo, utilizando un pasaporte belga falso a nombre de Youssef Ben Salah, de Madrid a Ibiza, desde esta isla a Palma de Mallorca y luego de regreso a Madrid, según se ha podido comprobar en los listados de pasajeros. Este viaje, según los informes obrantes en el sumario, "debería haberlo hecho Mustafá Ahmidan, pero por causas aún desconocidas fue Jamal quien lo hizo". El motivo del viaje, se añade, "podría haber sido alguna operación de tráfico de drogas".
Los investigadores subrayan lo significativo que resulta que en el registro efectuado en el domicilio que Hicham Ahmidan (preso en Marruecos) tenía en el Cerro de los Ángeles y donde vivían desde un año antes del 11-M los hermanos Hamid y Said Ahmidan, "fueron intervenidos un total de 53,5 kilos de hachís, 32,5 de pastillas de éxtasis, una tableta de cocaína o heroína y 19.000 euros".
Los terroristas habían manejado previamente grandes sumas de dinero en efectivo, como el que sirvió para comprar en la tienda Industriales de Recambio Madrid, SL, de tres juegos de placas de matrículas (algunas de ellas utilizadas en los coches en los que transportaron los explosivos), un centenar de teléfonos móviles y tarjetas prepago y para alquilar la casucha de Morata de Tajuña, donde finalmente se montaron las bombas.
La finca era propiedad de Mohamed Needl Acaid, actualmente en prisión por el sumario 35/2001 (del juez Baltasar Garzón), pero fue alquilada por su esposa, Nayat Fadal Mohamed. Ésta declaró que los trámites de alquiler los había llevado a término Walid Altarakji Al Masri, "amigo de su marido" que la había alquilado "a través de una agencia". El amigo le hizo llegar una documentación a nombre de Youssef Ben Salah, es decir, Jamal Ahmidan, "como la persona que había alquilado la finca".
Posteriormente, la policía comprobó que la casa había sido alquilada a través de una inmobiliaria "y que la persona que había realizado los trámites ante Walid Altarakji fue el propio Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, Serhan el Tunecino, quien el 28 de enero de 2004 formalizó el contrato de alquiler a nombre de Youssef Ben Salah", dicen los informes.
Los investigadores están convencidos de que el dinero supuestamente recaudado por El Chino la semana antes de los atentados se sumó a las cantidades que fueron extrayendo el resto de los implicados en la trama días antes de los crímenes, la mayor parte del cual ha sido requisado. Por ejemplo, en la casa de Jamal Zougam, el dueño del locutorio Nuevo Siglo, y de su hermanastro Mohamed Chaoui, la policía requisó 7.650 euros en metálico, mientras en la de Mohamed Bekkali, se incautó de 10.925 euros.
Además, la policía tiene acreditado que Naima Oulad, detenida y posteriormente puesta en libertad (con la obligación de presentarse diariamente en la Audiencia Nacional) "sacó de su cuenta bancaria del Banco Popular 10.000 euros que entregó en la misma sucursal (hay una grabación de vídeo de la entidad bancaria) a su hermano Mohamed, justo el día que éste desaparecía [el 6 de marzo de 2004]. Un día antes, otro hermano, Rachid, hacía lo mismo desde otra cuenta a su nombre en la misma entidad, retirando 3.500 euros".
Los hermanos Oulad y Jamal Zougam eran los que más dinero manejaban, ya que el Tunecino apenas retiró 600 euros de su cuenta días antes de los atentados. Parte del dinero, unos 30.000 euros, fue localizado tras el suicidio de Leganés. Los investigadores sospechan que el dinero acumulado era la caja de resistencia, el metálico del que disponían para pagar el alquiler del piso de Leganés, tomar un segundo piso, pagarse los desplazamientos y la manutención...
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