Chechenia queda sumida en la incertidumbre tras el asesinato del presidente Kadírov

Unas 3.000 personas asistieron a los funerales del presidente checheno prorruso Ajmad Kadírov, asesinado el domingo y enterrado ayer en su aldea natal de Tsentorói. Acudieron los máximos dirigentes de varias repúblicas y provincias de la Federación Rusa. Las aparatosas medidas de seguridad incluyeron esta vez varios helicópteros para impedir un ataque de la guerrilla. Tras el magnicidio, el Gobierno ruso se enfrenta a una peligrosa incertidumbre en esta república caucásica. "La muerte de Kadírov ha dejado un vacío de poder en Chechenia", reconoció a Reuters el diputado ruso Ramazan Abdulatipov.

Kadírov murió el domingo en un atentado perpetrado, según los militares rusos, "por terroristas internacionales" liderados por el jefe independentista Aslán Masjádov y el principal comandante guerrillero Shamil Basáyev. Sin embargo, ambos condenaron ayer el atentado en un comunicado.

"Este acto terrorista ha sido posible gracias al apoyo financiero ofrecido a los bandidos por organizaciones extremistas internacionales, así como por la complacencia de los Gobiernos de algunos países donde los antiguos líderes de la pretendida Ichkeria

[nombre dado por los independentistas a Chechenia] viven a cara descubierta", afirmó ayer el Estado Mayor General ruso en un comunicado.

Aunque los militares no precisan en el documento a qué naciones se refieren, se trata de una clara alusión directa a Qatar, donde se encontraba exiliado el independentista Zelimján Yandarbíyev, segundo presidente de Chechenia. El 13 de febrero, Yandarbíyev murió en un atentado. La policía del emirato detuvo a dos agentes de los servicios secretos rusos acusados de perpetrar el atentado.

Las primeras investigaciones del magnicidio del domingo en el estadio de Grozni desmuestran que pudo realizarse debido a la falta de profesionalidad del servicio de seguridad checheno y a que la guerrilla contaba con cómplices entre la misma policía. El artefacto fue colocado la noche anterior o en la misma mañana del domingo. Lo que explotó fue un proyectil de artillería, según explicó el vicefiscal general de Rusia, Serguéi Fridinski. Para el fiscal no hay ninguna duda de que la bomba "no fue detonada por un extraño".

El hijo del fallecido presidente checheno, Ramzán Kadírov, que era jefe del servicio de seguridad de su padre, fue nombrado ayer viceprimer ministro del Gobierno autonómico. El viceministro del Interior, Mijaíl Pankov, ha asumido como comandante de las fuerzas federales que combaten a la guerrilla separatista chechena en reemplazo del general Valeri Abrámov, quien perdió una pierna en la explosión y se encuentra grave.

Mientras tanto, las autoridades chechenas aseguraron que las elecciones para nuevo presidente se realizarán en el plazo estipulado por la Constitución, es decir, antes del 9 de septiembre. "Los adversarios del orden y la estabilidad tratan de detener el proceso de renacimiento pacífico de nuestra república", pero no lo conseguirán", se dice en un mensaje del Consejo de Estado autonómico.

Nadie en Chechenia favorece la imposición de un Gobierno presidencial directo desde el Kremlin, contrariamente a lo que numerosos políticos rusos piden a Vladímir Putin. Pero muchos creen que Moscú tendrá grandes dificultades para encontrar un sucesor de Kadírov y evitar una nueva desestabilización de la república caucásica. "Rusia ha sufrido una derrota estratégica en Chechenia", dijo a la agencia France Presse el analista Pavel Felgenhauer.