El ejército privado del nuevo 'hombre fuerte'
Ramzán, hijo del asesinado presidente checheno, Ajmad Kadírov, se convirtió ayer en el segundo hombre fuerte de Chechenia con el apoyo del Kremlin y amparado por una guardia pretoriana de miles de hombres, odiados y temidos por sus abusos. Sabedor de que Serguéi Abrámov, primer ministro de Chechenia (un político ruso de 32 años, cuya única función era la de vigilar los pasos que daba Kadírov), no tiene peso entre los clanes chechenos, Putin decidió designar a Ramzán como hombre fuerte en el Gobierno de esa república.
Ramzán, un veinteañero crecido en medio de dos guerras, voló el domingo a Moscú tras conocerse la muerte de su padre para ser recibido por el presidente Putin. Fue el propio Ajmad Kadírov quien en junio de 2000 dio el visto bueno para la creación de ese auténtico ejército de mercenarios y milicianos unidos por vínculos de sangre, del que poco después se haría cargo Ramzán. Estas fuerzas aseguraban a Kadírov en el poder, pero a la vez servían a los propósitos del Kremlin de chechenizar la guerra en la república separatista y desviar las iras de los rebeldes contra los chechenes prorrusos.
Muy pronto, el gurpo de Ramzán se convirtió en un importantísimo peso en la balanza de poder chechena, sobre todo ante las elecciones presidenciales de octubre de 2003, que ganó Kadírov con un 80% de los votos. En esas elecciones, la prensa pudo escuchar numerosas denuncias sobre las arbitrariedades de los hombres de Ramzán, acusados de desapariciones, asesinatos, saqueos y otras brutalidades.
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