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Reportaje:LA EDUCACIÓN VIAL EN LA ESCUELA

Cómo comportarse en una vía

El Gobierno ha prometido generalizar la educación vial en los centros escolares

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, aseguró la semana pasada que la educación vial es una "una asignatura pendiente en la escuela". La idea es impartir esta materia de una manera práctica en los colegios e institutos "alejada de parámetros teóricos". Pero el Ministerio de Educación tiene que analizar todavía cómo se pueden integrar estos contenidos dentro del currículo escolar sin perjudicar otras materias.

Esta medida educativa se encuadra dentro de la nueva política de seguridad vial del Gobierno para reducir la cifra de víctimas, muertos y heridos. La inseguridad vial es una de las mayores lacras de la sociedad española. Es la causa de mayor número de fallecimientos, heridos e inválidos. Cada día mueren en España 16 personas y unas 450 resultan heridas. Cada 12 horas muere un peatón, y cada tres días, un ciclista. Los accidentes de tráfico son, posiblemente, el problema sanitario más grave de España, pues afecta sobre todo a las personas más jóvenes.

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Y el objetivo es defenderse de esta lacra. Una buena forma es hacerlo a través de la educación vial. Hasta ahora ésta se ha impartido en los colegios e institutos de manera transversal. La Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo lo fijó así y señaló que la educación vial debía ser una asignatura transversal, como lo es la educación sexual, para la paz o ambiental. Es decir, tendría que impartirse a lo largo de todos los ciclos en las diferentes asignaturas del currículo. En matemáticas, cuando la profesora enseñara qué es un triángulo podría aprovechar para ejemplificarlo con las señales de tráfico que significan peligro; en lengua, podría hablar sobre las diferencias entre una calzada y una acera, y en sociedad, podría introducir los conceptos de vías urbanas e interurbanas...

Esto es lo que se debería hacer. Pero en realidad son contados los colegios e institutos que lo han puesto en práctica. "Estar en todo es, a veces, no estar en nada", dicen los especialistas.

Este vacío se solventa en la mayoría de los casos gracias a la Policía Municipal, que imparte charlas de educación vial en los centros que lo solicitan. Sólo en Madrid los agentes monitores visitan más de 600 colegios al año. Muchas empresas privadas se han apuntado también a esta tarea de instruir a los alumnos en cómo han de comportarse como peatones, conductores y ciclistas.

"La educación vial cobra más importancia cuanto más desarrollado es un país", explica Carmen Jiménez, catedrática de Pedagogía Diferencial de la UNED y directora de los cursos de educación vial que esta universidad imparte junto a la Dirección General de Tráfico (DGT) a profesores no universitarios y profesionales extraescolares desde hace 12 años. La formación de los futuros profesores en esta materia es también casi nula. En facultades de educación y psicología existe alguna asignatura optativa de esta materia, pero es casi testimonial.

Pero en la DGT están concienciados desde hace mucho tiempo de que la educación es una herramienta básica para reducir los accidentes de tráfico. Ellos son los responsables de elaborar guías y material con el que los profesores pueden trabajar en el aula. "Nuestro objetivo es formar actitudes", explica la jefa de servicio del área de divulgación de la DGT, Teresa Bernacer. "La educación vial no puede ser sustituida por la que imparten las autoescuelas, porque ellas son las encargadas de enseñar cómo se maneja un vehículo. Y uno puede conducir muy bien y, sin embargo, no tener el mínimo respeto por los demás".

Desde la DGT se constata la falta, en muchas ocasiones, de estas actitudes para mejorar la seguridad vial. "Lo vemos cuando muchos conductores no respetan las señales de tráfico o no facilitan las maniobras a otros usuarios de la vía, o no dejan suficiente tiempo para que una persona mayor o discapacitada cruce la calle...", señala Bernacer. Insiste en que esta actitud debe fomentarse desde la etapa de infantil. "Es la mejor forma de que en el futuro se conviertan en buenos conductores y buenos peatones. Si un niño se acostumbra desde pequeño a que cuando monta en un coche ha de ponerse el cinturón o que no puede molestar a la persona que está conduciendo, cuando crezca esto le parecerá normalísimo hacerlo", señala Bernacer.

La familia también juega un papel importante en esta educación. "El niño, antes de llegar a la escuela debe estar educado vialmente por sus padres", explica una de las pedagogas del área de educación vial de la DGT, Raquel Navas. Para ello, la DGT ha puesto en marcha el programa Familia-Escuela para que los padres y los profesores trabajen conjuntamente en este sentido. "Porque", como señala Bernacer, " de nada sirve que el niño aprenda cómo debe de comportase vialmente y luego ver que su padre se salta un semáforo en rojo".

Un niño conduce un <i>kart</i> en un circuito durante el desarrollo de un curso de seguridad vial infantil organizado por la casa de automóviles Audi.
Un niño conduce un kart en un circuito durante el desarrollo de un curso de seguridad vial infantil organizado por la casa de automóviles Audi.

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