Más de 92.000 personas han visitado el Salón del Cómic de Barcelona
El 22º Salón Internacional del Cómic de Barcelona cerró ayer sus puertas con una afluencia de más de 92.000 visitantes. Han sido cuatro días de presentación de novedades, charlas con autores, colas para conseguir una firma y un alto nivel de intercambio de impresiones y proyectos entre editores internacionales, más que en años anteriores. Muchos subrayaban el buen nivel creativo de la historieta española.
El día comenzó con una mesa redonda entre editores independientes de España, Italia, Eslovenia y Suiza. Si una conclusión se puede extraer de la charla es que una de las vías de supervivencia para el cómic de autor que producen los sellos más pequeños es la coedición entre editoriales de diferentes países. En España, por ejemplo, Sinsentido ha iniciado esta línea con la recuperación de la obra de Alberto Breccia y el álbum de Sergio García Anatomía de una historieta, coeditado con la francesa Delcourt. Otro desafío de la edición independiente en España es acceder a las librerías generalistas. Y mientras unos optan por aumentar el número de novedades para crear fondo y probar la rentabilidad por la vía de la reposición, como Astiberri, otros han optado por cierto repliegue y por sacar menos títulos al año, como Inrevés, que en esta edición del Salón han presentado Azul y ceniza, el esperado regreso de Pere Joan.
Estos días ha habido colas para los muchos autores que han visitado el Salón: Joe Sacco (El mediador), Charles Berbérian (El señor Jean, Diario de un álbum, con P. Dupuy), Suehiro Maruo (El monstruo de color de rosa), Jorge Zentner (Pampa), Luis Durán (Antoine de las tormentas), Igort (5. El número perfecto), Alex Fito (Raspa Kids), Mauro Entrialgo (Ángel Sefija), Fermín Solís (Los días más largos), Manel Fontdevila (Mantecatos) y Lorenzo Gómez (El diario sentimental de Julián Pi), entre muchos otros.