_
_
_
_
Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El debate territorial

Soledad Gallego-Díaz

El tema territorial será, muy probablemente, el de más largo recorrido y el que marcará de verdad toda la legislatura que se acaba de inaugurar. Por eso existe tanta expectación ante el discurso que pronunciará este martes ante el pleno del Senado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se hará acompañar por todo su Gabinete para marcar la solemnidad del momento.

Se supone que el presidente del Gobierno retomará las líneas principales del mensaje que transmitió en la toma de posesión de Francisco Rubio Llorente en el Consejo de Estado y que concretará algunos aspectos de la estructura de la España plural que defiende el Partido Socialista. El papel del Senado adquirirá una especial importancia en esa nueva estructura, aunque su principal reforma no será posible hasta el final de la legislatura, cuando se plantee cambiar los cuatro aspectos de la Constitución que figuran en el programa de Rodríguez Zapatero.

El debate político está congelado a la espera de los trabajos de la comisión de investigación del 11-M, cuyo enfoque provoca algunas divisiones en un sector del PP

Uno de esos cuatro puntos ya es objeto de diferente explicación por parte del PSOE y del PSC: se trata de la propuesta de que la Constitución enumere, como parece lógico, las 17 comunidades autónomas en que se ha estructurado territorialmente España. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha dicho públicamente que espera que esa sea la ocasión para dejar claro cuáles son las nacionalidades y cuáles las regiones de las que habla la propia Constitución, de forma genérica.

Otros expertos del PSOE consideran que la propuesta de Maragall no es necesaria ni oportuna. "En cualquier caso, esa sería una discusión muy lejana", asegura un dirigente nacional del PSOE.

La mayoría de los expertos socialistas en materia autonómica cree que el debate de la reforma de los estatutos catalán y andaluz se desarrollará mucho antes y que no planteará especiales problemas, porque sólo llegarán al Parlamento español una vez que hayan conseguido un elevado consenso en sus respectivas Cámaras.

Las mayores dificultades con el PSC se suscitarán, según un dirigente socialista, no en el debate sobre el Estatut, sino en las negociaciones sobre la financiación autonómica, sobre todo si se lleva a cabo, como parece, de forma bilateral, y en algunos otros aspectos parciales, tambien de posible planteamiento bilateral.

Según este análisis, Convergència y Unió llevará al Congreso de los Diputados todos los asuntos que puedan provocar problemas al PSC y al tripartito catalán, forzando siempre que pueda a Esquerra Republicana y a los diputados socialistas catalanes presentes en el Congreso. "Confiamos mucho en la labor que puedan desempeñar José Montilla y otros dirigentes del PSC que están en Madrid a la hora de hacer comprender a Pasqual Maragall que las relaciones deben ser mutuamente comprensivas, y que Puigcercos haga la misma labor en relación con Carod-Rovira".

Todo el debate político parece, sin embargo, congelado a la espera de que se cree la comisión de investigación sobre el 11-M y que se acaben sus trabajos. Nadie sabe a estas alturas cómo se van a desarrollar las sesiones, aunque PP y PSOE prevén un intenso enfrentamiento, con vistas a las elecciones europeas.

División popular

Dentro del PP ha habido diferentes análisis sobre la conveniencia de esa comisión y sobre la forma de enfocarla. Prácticamente todo el equipo dirigente asegura compartir el mismo objetivo, reducir el debate al periodo 11-14 de marzo y demostrar que el Gobierno saliente no mintió ni manipuló la información de aquellos días. No hay unanimidad, sin embargo, en cómo lograr ese objetivo. Un sector, encabezado por el diputado y ex jefe del gabinete de Aznar, Carlos Aragonés, está dispuesto a apoyarse en todo tipo de versiones, aunque otros dirigentes del PP las califiquen de "completamente alucinadas".

Ese otro sector considera que es importante no salir de la comisión de investigación "peor de como entramos, es decir, con nuestros votantes más fieles encantados, pero habiéndonos alejado aún más del electorado de centro y moderado sin el que no es posible recuperar nuestras expectativas y que espera que nos comportemos con sentido común, por muy dolidos o irritados que estemos", según palabras de uno de sus componentes.

Para este diputado es casi imposible que el PP evite que la comisión trate también de las fechas anteriores a los atentados y de la actuación del Gobierno frente a posibles atentados de grupos islamistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_