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El laboratorio de imagen molecular quiere captar la investigación biomédica del sur de Europa

Barcelona aspira a convertirse en una de las ciudades europeas de referencia en ciencia médica

Barcelona sigue en su empeño de convertirse en una de las ciudades europeas de referencia en investigación biomédica. Ayer se inauguró el Laboratorio de Imagen Molecular, una infraestructura tecnológica que hace visible in vivo el funcionamiento de los procesos biológicos y que tiene tanto aplicaciones clínicas como en investigación básica. Las entidades impulsoras del moderno centro, la Fundación Privada Instituto de Alta Tecnología (IAT), la empresa CRC Mar y el Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria (IMAS), afirman que el centro podrá autofinanciarse a través de contratos privados con la industria farmacéutica, con grupos de investigación y con centros de medicina privada.

El laboratorio fue inaugurado por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y por el consejero de Universidades e Investigación, Carles Solà. "Tenemos que decidir si queremos ser California o Florida. No estaría mal ser Florida; pero, estratégicamente y por vocación, queremos construir una sociedad basada en el conocimiento. No podemos ser sólo un referente cultural y turístico", argumentó el alcalde.

El Laboratorio de Imagen Molecular del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona tiene una docena de competidores en Europa, pero el nivel de sus instalaciones y su modelo de gestión, orientado a la investigación con cierto grado de asistencia, sólo es comparable con el de la Universidad de Upsala (Suecia), que acumula una experiencia de 10 años. La inversión del nuevo centro que gestiona la Fundación IAT ronda los 8,5 millones de euros; el 70% procede de un crédito blando concedido por el Ministerio de Ciencia y Tecnología cuando Anna Birulés era ministra. En España existen centros similares en la Clínica Universitaria de Navarra, con gran experiencia, y en Barcelona, ambos privados pero básicamente orientados a la asistencia

Las infraestructuras inauguradas ayer, un ciclotrón, un centro de tomografía para emisión de positrones (PET) y un laboratorio de química fría, responden a una nueva visión de la biología aplicada a la medicina que analiza los errores moleculares subyacentes en la base de las enfermedades y que son los responsables de la disfunción celular. "Estas tecnologías ofrecen imágenes no de cómo son las cosas, sino de cómo funcionan. Podemos hacer visibles en seres y tejidos vivos los procesos moleculares, fisiológicos y celulares causantes de la enfermedad. Por tanto, llegamos a observar la intimidad de los procesos biológicos", explica Emili Martínez Miralles, director del laboratorio.

"Somos un centro de servicios para todos los grupos de investigación de Barcelona y de Europa, así como para las empresas farmacéuticas", dice Martínez Miralles. Entre los usuarios ya comprometidos figuran el Instituto de Investigaciones Biomédiques August Pi i Sunyer, vinculado al hospital Clínic, y la farmacéutica Glaxo.

Desde el punto de vista clínico, estas técnicas abren expectativas en oncología y neurociencias. El oncólogo Josep Baselga ya ha mostrado interés en utilizar el centro para el seguimiento de los pacientes con cáncer de próstata. También Rafael Maldonado, médico de la Universidad Pompeu Fabra, trabajará con ellas en el estudio de las adicciones a sustancias psicoactivas. El objetivo de la medicina molecular, afirma Martínez Miralles, "es conseguir mayor precisión en las decisiones terapéuticas, puesto que el médico dispone de una imagen. A largo plazo, la tomografía por emisión de positrones supondrá un ahorro para el sistema".

Animales fundamentales

Los animales, especialmente, los ratones, son fundamentales en la investigación biomédica. Otra de las instalaciones previstas en el PRBB es un estabulario para 35.000 animales. Ratones modificados genéticamente, ratas, ranas, conejos... convivirán en un espacio de 3.000 metros cuadrados que hay que cuidar como un tesoro. "Cualquier animal para la investigación ha de estar sano del todo y, por tanto, un animal que sale nunca vuelve a entrar en un estabulario", explica el doctor Martínez Miralles. En la instalación también habitarán los peces cebra, un animal que no necesita corazón en las primeras fases de su desarrollo y que utiliza Juan Carlos Izpisúa en sus investigaciones sobre células madre.

Para la investigación con modelos animales, el laboratorio de imagen molecular cuenta con un micro-PET. Este aparato permite, en numerosas ocasiones, utilizar el mismo animal durante toda la investigación, con el sonsiguiente ahorro de sacrificios. El micro-PET facilita, además, la investigación translacional, es decir, el traslado a los humanos de las conclusiones obtenidas con el modelo animal.

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