El Pentágono presionó a la cadena CBS para que no emitiera imágenes de torturas
Los grandes periódicos de EE UU critican el trato a los detenidos en Irak y en Guantánamo
A principios de abril, un equipo de investigación de la CBS logró por fin las imágenes que demostraban la veracidad de una historia en la que llevaban meses trabajando. Comprobada la autenticidad de las fotografías, la cadena de televisión montó precipitadamente un reportaje que nunca llegó a emitirse porque el Pentágono presionó para tapar la historia. Supuestamente, hacerla pública ponía en peligro la seguridad de los soldados estadounidenses en Irak. ¿Por qué tardó dos semanas la CBS en dar unas imágenes de un valor periodístico incalculable? Sólo por una razón: porque se lo pidió el Pentágono.
El público de EE UU digiere unas imágenes con un grado de crueldad al que nadie está acostumbrado fuera del cine o la televisión. Todas las cadenas de televisión,especialmente las informativas, repiten las imágenes de los abusos con una reiteración sólo comparable, según un columnista de The Washington Post, a la que mostraron ante el pezongate de la cantante Janet Jackson, una comparación que bajo su frivolidad esconde una gran dosis de verdad. En las fotografías se tapan digitalmente los órganos genitales de los presos. No se han publicado ni emitido las imágenes más crudas que han aparecido en la prensa británica.
Hace casi un mes, cuando el reportaje con las imágenes -montado en secreto para que nadie filtrase la información a ningún otro medio- estaba a punto de emitirse, la estrella informativa de la CBS, Dan Rather, recibió una llamada de teléfono del jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Richard Myers. Este general, sumamente afable en el trato, sabía que la cadena de televisión tenía las pruebas que documentaban unas prácticas que, ahora se sabe, eran sobradamente conocidas en la cúpula del Departamento de Defensa.
Myers jugó la carta del patriotismo: pidió a Rather que frenara la emisión de las fotografías porque podían empeorar la situación de crisis que vivían las tropas de EE UU en torno al asedio de la ciudad iraquí de Faluya. La CBS aceptó el argumento y aplazó la emisión. El Pentágono maniobró para que el aplazamiento fuera definitivo, pero la cadena descubrió que el periodista Seymour Hersh, de New Yorker, se había hecho con un segundo alijo de fotos y había logrado también uno de los informes del Pentágono sobre las denuncias de abusos. La cadena no esperó más y emitió el reportaje.
Críticas por antipatriotas
La cadena de televisión CBS, que debía saborear a estas alturas el éxito de su primicia, está, sin embargo, sometida al ojo de la crítica. Lamentan su comportamiento quienes creen que ha tenido un criterio poco periodístico al doblegarse inicialmente a las presiones del Pentágono, y deploran su decisión de ofrecer las fotos quienes consideran que la difusión es poco patriótica. Aunque cueste creerlo, muchos defienden esa teoría, como Bill O'Reilly, de Fox News. "Yo habría dado la noticia, pero no las fotos, que sólo sirven para poner en mayor peligro a los soldados de mi país", asegura.
Los editoriales de los principales diarios estadounidenses piensan de otra manera. De hecho, la prensa parece haber descubierto ahora la existencia de la prisión de Guantánamo: "Los fundamentos de los delitos de Abu Ghraib", dice The Washington Post, "se establecieron hace dos años, cuando Rumsfeld instituyó un sistema de detención de afganos no sólo sin derecho a la comunicación con el exterior, ni acusaciones formales ni proceso legal, sino también sin ningún mecanismo de supervisión". "Aquello", concluye el diario, "no sólo despreciaba la Convención de Ginebra, sino que era una invitación a abusos".
El periódico The New York Times lamenta la decisión del presidente, George W. Bush, de no haberse disculpado expresamente ante el mundo árabe: "Todo lo que pueden hacer ahora el presidente y sus altos cargos es limpiar este desastre y expresar el profundo lamento de su país. De momento, no han hecho ni lo uno ni lo otro".
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