Máximas garantías para los trabajadores

El pasado día 29 de abril, El PAÍS, en su edición de Andalucía, publicó una tribuna firmada por D. Enrique Centella Gómez, coordinador provincial de Izquierda Unida en Córdoba, en la que hacía una mención, tan desafortunada como equivocada, acerca de las empresas de trabajo temporal al hablar de los "jóvenes indignamente explotados por las ETT".

Por ello, como secretario general de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT), compuesta por Adecco, Alta Gestion, Flexiplan, People, Randstad y Vedior-Laborman, me gustaría explicar a los lectores algunos aspectos sobre las ETT para demostrar que, en absoluto, explotan a los trabajadores.

Las empresas de trabajo temporal están sometidas a una regulación muy estricta desde que fueron reguladas en 1994. Nacieron como una fórmula para incorporar trabajadores al mercado laboral en una situación en la que había una tasa de paro del 25%. Son empresas que se dedican a poner trabajadores a disposición de otras empresas, denominadas usuarias, con carácter temporal. En Europa, existen desde hace más de 40 años y en España, hoy día, nadie duda de la necesidad de que existan este tipo de empresas que ayudan a casar la oferta y la demanda de empleo; contribuyen a la mejora de competitividad por parte de la empresa y ayudan a muchas personas a incorporarse al mundo laboral, mediante contratos que cumplen rigurosamente con la legislación vigente.

Un contrato temporal realizado por una ETT es mucho más garantista que cualquier contrato realizado mediante otra fórmula. Así, un trabajador contratado por una ETT tiene plenamente garantizado su salario y sus cotizaciones a la Seguridad Social, pues las empresas de trabajo temporal tienen depositados unos avales financieros muy importantes en la Administración Pública, que responden ante una eventual situación de crisis de la empresa usuaria.

En la tribuna, el Sr. Centella hablaba de la explotación de jóvenes por parte de las ETT. Sin embargo, es necesario explicar que un trabajador puesto a disposición por una ETT percibe, como mínimo, la retribución establecida en el convenio colectivo aplicable a la empresa usuaria para ese puesto. Por tanto, una trabajador de ETT cobra lo mismo que los trabajadores de la empresa usuaria donde está prestando sus servicios.

Así se recogió en el 3º convenio colectivo del sector, firmado hace ya cuatro años por las patronales y los sindicatos más representativos, UGT y CCOO. Recientemente, se ha firmado el 4º convenio donde se han aumentado las prestaciones sociales a los trabajadores. Las relaciones con los representantes sindicales son muy cordiales y fluidas. De hecho, líderes sindicales han señalado la necesidad de que la mayor parte de la contratación temporal se lleve a cabo a través de las ETT, precisamente por sus mayores garantías y como instrumento para eliminar posible abusos que se efectúen en determinadas contrataciones directas.

Nadie duda ya de la profesionalidad de las empresas de trabajo temporal ni de su capacidad de contribuir a la mejora del empleo en España. De hecho, más del 35% de los trabajadores contratados por una ETT, durante su primer año de relación con la misma, acaban suscribiendo un contrato estable en alguna de las empresas donde prestan sus servicios, convirtiéndose así en un canal adecuado para la inserción laboral de determinados colectivos que tienen dificultades especiales para acceder a un puesto de trabajo, como es el caso de jóvenes en busca de su primer empleo, mujeres, parados de larga duración, etc.

Para finalizar, me gustaría recordar que en el último Consejo Europeo de ministros de Trabajo se ha vuelto a hacer una serie de recomendaciones para lograr el pleno empleo previsto para 2010. Entre esas recomendaciones, está reconocer el papel de las ETT como empleador y su posibilidad de contribuir activamente al logro de esos objetivos marcados en Lisboa. Por ello, ese documento solicita la eliminación de las trabas que las ETT tienen en su legislación, así como su potenciación.

Pedro Martínez Riestra es secretario general de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT).