La ciudad intenta vivir entre las ruinas de la batalla
Un policía iraquí dirigía el tráfico en la tarde del domingo en Faluya, algunas tiendas volvieron a abrir, mientras un llamamiento a la plegaria podía oírse en las calles de la ciudad. Pero, justo a la vuelta de la esquina, las cicatrices de la batalla estaban presentes. "Toda la gente de Faluya está con vosotros, muyahidin", reza una pintada.
Calle a calle, barrio a barrio, Faluya se mueve entre la recuperación y el conflicto, después de tres semanas de combates entre los marines estadounidenses y los insurgentes. El camino que seguirá Faluya se decidirá en los próximos días, mientras una fuerza iraquí intenta devolver el orden tras un sitio en el que 600 personas han muerto, según médicos locales. "Hay gente enterrada en los jardines de las casas", dice Mohamed Jeza, doctor en una de las cuatro clínicas de la ciudad, situada 50 kilómetros al oeste de Bagdad.
El domingo por la tarde, el perfil de la nueva fuerza era bajo y no se veía ninguna patrulla organizada. Algunas tropas iraquíes estaban sentadas al sol en el cuartel de la Defensa Civil, donde unas 100 personas se arremolinan para formar parte del nuevo Ejército iraquí. El alistamiento está dirigido por un hombre con bigote, que luce el uniforme de los tiempos de Sadam.
Los daños a lo largo de la ciudad son evidentes, en el barrio Jiraifi pueden verse las casas bombardeadas. Las líneas eléctricas están caídas. Los niños se aventuran fuera de sus casas unos pocos pasos para recoger alimentos entregados por organizaciones islámicas de ayuda.
Las zonas donde se produjeron los combates más duros, en Askari, en el centro, y en los barrios del norte siguen en manos de marines, miembros de la fuerza iraquí y resistentes. Los muros de las casas presentan numerosos impactos de bala.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.