Aires de renovación en el viejo Toledo
Hoteles y restaurantes que reinventan la tradición y nuevas rutas por descubrir
Hace tan sólo unos años, la ciudad imperial, la ciudad de las tres culturas, se estaba vaciando de su sustancia. El casco antiguo sufría un proceso de desertización y toda ella se asemejaba a una residencia para la tercera edad. Hoy soplan nuevos aires entre sus calles oscuras y tan estrechas que parecen contener la respiración. La hermosa estrofa de Zorrilla ya es cosa del pasado. "Negra, ruinosa, sola y olvidada, / hundidos ya los pies entre la arena, / allí yace Toledo abandonada, / azotada del viento y del turbión. / Mal envuelta en el manto de sus reyes, / aún adorna su frente carcomida; / esclava, sin soldados y sin leyes, / duerme indolente al pie de su blasón".
Lejos de esta mirada decadente, el casco histórico de Toledo se encuentra en ascuas, lleno de un impulso regenerador. No hay monumento que no se esté restaurando, ni edificio que no se esté rehabilitando para ofrecer viviendas de alquiler o en venta a precios razonables: la única manera de evitar que una ciudad histórica se venga abajo. Algunos famosos, como Paco de Lucía, que grabó aquí su último disco, y Patxi Andión, han comprado y rehabilitado casa. Y promotores privados, como Amador Valdés, se dedican a recuperar y vender edificios históricos. Ese es el caso de un par de palacios de origen hispano musulmán situados en torno a la calle del Seco, frente al alcázar.
Toledo no sólo se nutre del pasado. Son varios los edificios modernos interesantes recién construidos: el Archivo Municipal, el Regional y las consejerías de Educación e Industria
Hasta las monjas de clausura están dispuestas a mostrar su ingente patrimonio artístico abriendo tímidamente las puertas de sus conventos. Las excavaciones arqueológicas se suceden, y las empresas de turismo buscan productos y rutas alternativas que permitan al visitante disfrutar de la ciudad de mil y una formas diferentes. El nuevo centro de interpretación del Toledo histórico, pionero en su género, ofrece las claves necesarias para descifrarla. Algunos hoteles y restaurantes, regidos por gente joven, huyen como alma que lleva el diablo de las armaduras y la estética gótico-atormentada propia de los años cincuenta, tan característica de la ranciedad toledana. Ejemplo de esta nueva forma de hacer turismo son el hotel Abad, en pleno casco histórico y en un edificio tradicional con mobiliario moderno y de diseño, o el restaurante El Temple, ubicado en un delicioso palacio del siglo XI, que ofrece una cocina audaz y creativa a cargo del jovencísimo gaditano Ángel León.
El actual alcalde, José Manuel Molina, se muestra abierto a la innovación, y el Real Patronato de Toledo, formado por diversas instituciones regionales y estatales, ha dado lugar al Consorcio de la Ciudad de Toledo, organismo encargado de la rehabilitación y dinamización urbanística del casco antiguo. Por todas partes surgen andamios y carteles con el logotipo del consorcio, que indican el nuevo talante toledano, enquistado durante demasiados años.
Las capas de la historia
Atrapada en un meandro del Tajo, Toledo, de 70.000 habitantes, hoy patrimonio de la humanidad; ayer, sucesivamente, capital de los visigodos, de la taifa de los Banu di-l-Nun, en el siglo XI, y de la corte de Carlos V en el XVI, se ha estirado siempre en dirección al cielo. Ese cielo castellano que impulsó a Pío Baroja a escribir en Camino de perfección: "Toledo parecía una ciudad de cristal en aquella atmósfera tan limpia y pura".
La falta de suelo apto para construir ha hecho que, en lugar de desparramarse en horizontal, haya crecido en vertical, originando esas capas de historia tan elogiadas por Pérez Galdós. Ello provoca su inusitada densidad y la dificultad para entender el entramado urbano, debida también a lo irregular de su trazado musulmán. Existen 101 monumentos históricos catalogados, y 113 bienes de interés cultural; pero además, según Antonio Pareja, historiador y director del centro de interpretación del Toledo histórico, "es una de las ciudades con mayor densidad de obras de arte por metro cuadrado, debido, entre otras cosas, a que existen 15 conventos de clausura aún habitados y a rebosar de piezas valiosísimas".
Toledo siempre abanderó su carácter integrador a lo largo de los siglos. Pocas ciudades se pueden jactar de haber acogido en su seno a tres comunidades, que hoy la política parece empeñada en enfrentar: cristiana, judía y musulmana. Ninguna urbe puede presumir de tener mezquitas califales, y sinagogas e iglesias levantadas por alarifes musulmanes. Todas ellas, junto con la catedral, el Museo de Santa Cruz o la Casa del Greco, forman parte de la oferta cultural más clásica y consolidada. Pero hoy Toledo pretende ampliar la lista y reivindica de nuevo su condición liberal y transcultural en una época en que soñar no es un lujo. A través de sus nuevas iniciativas, la capital de Castilla-La Mancha se dispone a abrir las puertas con las mismas llaves que durante siglos conservaron algunas de las familias moriscas y sefardíes expulsadas por la intransigencia cristiana. "Libres ahora de esperanza y miedo, / miran la llave al declinar el día; / en el bronce hay ayeres, lejanía, / cansado brillo y sufrimiento quedo" (Jorge Luis Borges).
Una ruta por los conventos
Entreabrir los secretos mejor guardados de la ciudad es lo que propone Antonio Pareja, al descubrirnos poco a poco los conventos de clausura. Ya abren, previa petición, los de Santa Clara y Santo Domingo el Real. De forma permanente se pueden visitar San Antonio, Santa Úrsula y Santo Domingo el Antiguo, que guarda entre sus muros varios retablos de El Greco, así como valiosas piezas de orfebrería y textiles, entre los que destacan dos frentes de altar del siglo XVI. Totalmente sorprendentes son los preciosos belenes de cera guardados en unas cajitas de madera con angelitos, nubes y floripondios incluidos, a modo de un moderno diaporama.
Sor Pilar, la madre superiora del convento de San Clemente, de la Orden del Císter, se afana con los albañiles en las obras del subsuelo que darán cabida próximamente al museo conventual de San Clemente. Cuando se penetra de puntillas en el universo del convento y se atraviesan sus dos soberbios claustros renacentistas, se observa que todo está en orden y limpio como los chorros del oro. Uno no puede dejar de preguntarse cómo darán abasto estas monjas, que además se dedican a la lavandería y que pronto fabricarán mazapán, ya que el convento, fundado en el siglo XII, presume de ser su inventor. El archivo de San Clemente es de los más nutridos de Toledo, y en él se da fe de la condición multicultural de la ciudad a lo largo de la historia. Se han inventariado, por ejemplo, documentos en latín y árabe redactados por escribanos judíos. Además, el convento guarda los trajes de Isabel de Valois (esposa de Felipe II) y una notable colección de orfebrería del siglo XVI.
Otro de los conventos de clausura que están a punto de mostrar sus fondos es el de las Capuchinas, bellísimo edificio del siglo XVI, sin remiendo estilístico alguno, que aún conserva las ventanas de alabastro que dan al patio. Allí las monjitas enseñan con orgullo una espléndida Santa faz de El Greco, y numerosas piezas italianas del siglo XVI. También, cerámica de la Compañía de Indias y china, y una importante colección de cerámica de Talavera cedida por el cardenal Pascual de Aragón.
Excavaciones arqueológicas
Además de esta ruta alternativa y poco conocida por los conventos de clausura, se han excavado unos baños califales situados en las carreras de San Esteban. A ellos se suman otros baños islámicos ubicados en el casco antiguo y que se pueden visitar ocasionalmente. Lo mismo sucede con unas termas romanas ubicadas en la plaza de Amador de los Ríos; el alminar de El Salvador, en la plaza homónima, o el campanario de la iglesia de San Román, desde el que se domina el dédalo tupido de la capital imperial.
Pero el Toledo actual no sólo se nutre del pasado. La ciudad se ha empeñado en seguirle el hilo a la actualidad. Así, son varios los edificios contemporáneos interesantes de reciente construcción, destinados a dar cabida a los organismos administrativos. Algunos de los más sugerentes son el Archivo Municipal, en la plaza de El Salvador y proyectado en 1999 por Ignacio Mendaro, y el aún inacabado Archivo Regional, del Estudio Cano-Laso, situado en el polígono de Santa María de Benquerencia y que forma un hermoso juego de volúmenes en barro y acero. En este mismo polígono se sitúan la Consejería de Industria, de Antonio Sánchez Horneros, y la Consejería de Educación, de Pablo de la Cal. Y para completar la muestra se construirá en las afueras el Gran Hospital de Toledo, cuyo concurso ganaron Sánchez Horneros y el arquitecto portugués Álvaro Siza.
EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL TOLEDO HISTÓRICO
DESDE HACE aproximadamente un año, el nuevo centro de interpretación del Toledo histórico se ha convertido en punto de arranque imprescindible para captar la extraordinaria densidad de la ciudad. Ubicado en la iglesia de San Marcos, cerca de la catedral, este gran centro interactivo y tecnológico ocupa más de mil metros cuadrados destinados a ofrecer las claves necesarias para conocer la ciudad desde diferentes perspectivas, con la posibilidad de elaborar rutas personalizadas. En él se puede conocer de forma lúdica y poco convencional Toledo a través de sus cuevas, su dédalo, sus patios, sus escuelas de traductores, el agua, sus leyendas o sus templos. Y ello, mediante maquetas, proyecciones audiovisuales, recreaciones, escenografías y piezas facsímiles que garantizan la amenidad. La dimensión educativa del centro es importante, ya que pone el acento en la conservación del patrimonio, y en los requisitos y responsabilidad propios de las ciudades declaradas patrimonio de la humanidad, como la propia Toledo.
GUÍA PRÁCTICA
Dormir
- Cigarral de Caravantes (925 28 36 80). Carretera de circunvalación, 2. Toledo. En un antiguo cigarral, confortable y con vistas espectaculares a la ciudad. Habitación doble, 90 euros.
- Hotel Abad (925 28 35 00). Real del Arrabal, 1. Toledo. En pleno casco histórico, adscrito a la marca de calidad Rusticae, familiar y acogedor. La habitación doble cuesta 95 euros.
- AC Ciudad de Toledo (925 28 51 25). Carretera de circunvalación, 15. Toledo. En la zona de los cigarrales. La doble, desde 122 euros.
Comer
- Cúrcuma (925 25 02 02). Tendillas, 3. Toledo. Cocina moderna con productos tradicionales. Agradable jardín de verano. Entre 24 y 30 euros.
- Adolfo (925 22 73 21). La Granada, 6. Toledo. Un clásico de la oferta toledana cuidada y creativa con excelentes productos de temporada. Alrededor de 50 euros.
- El Temple (902 19 83 44). Soledad, 2. Toledo. Deliciosa cocina de autor con predominio del pescado en un palacio del siglo XI. Alrededor de 55 euros.
Visitas
- Centro de interpretación del Toledo histórico (www.clavesdetoledo.com; 925 22 16 16). Trinidad, s/n. Toledo.
- Para visitar los baños, las termas y el alminar, entre otros, llamar al Consorcio de la Ciudad de Toledo (925 28 42 89).
- Visita de conventos (previa petición): Santa Clara (925 22 22 63). Santo Domingo el Real (925 22 28 43).
Información
- Oficina de turismo de Toledo (925 22 08 43; www.toledoweb.org).
- Real Fundación de Toledo (925 28 42 25 y 25 42 24). Pza Victorio Macho, 1. http://realfundaciontoledo.tsai.es.
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