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Marruecos crea una comisión para vigilar los ataques de la prensa

El Gobierno de Jettu reacciona así a dos escándalos que sacuden a la sociedad

El primer ministro marroquí, Driss Jettu, ha creado esta semana una comisión ministerial extrajudicial encargada de examinar los ataques difamatorios de la prensa contra personalidades políticas, según anunció ante el Parlamento el titular de Justicia, Mohamed Buzubaa.

La iniciativa de Jettu ha suscitado el rechazo unánime del sindicato de periodistas y de periódicos independientes e incluso afines al poder. Opinan al unísono que para juzgar los excesos basta con aplicar el código de la prensa.

Jettu ha tomado esta iniciativa después de que dos escándalos, de índole muy diferente, sacudieran este mes a la sociedad marroquí. El primero lo provocó el semanario sensacionalista Ajbar al Usbuaa, que, en su edición del 9 de abril, acusó a un ministro, al que identificó sin llegar a dar su nombre, de haber mantenido relaciones sexuales con dos hombres en Cabo Negro, cerca de Tetuán.

En Marruecos la homosexualidad es un delito que figura en el Código Penal y esas alusiones suscitaron un sinfín de comunicados de reprobación del sindicato de periodistas, de los editores de periódicos y del buró político del partido socialista, que en un comunicado de apoyo reveló el nombre de su correligionario difamado: Fatalá Ualalu, ministro de Economía y Finanzas.

"La mejor réplica a los rumores es seguir trabajando para el interés del país", declaró Ualalu en el Parlamento, pero, sorprendentemente, no demandó al semanario Ajbar al Usbuaa por difamación.

A instancias de Jettu, el director de Ajbar al Usbuaa, Anas Tadili, había sido convocado días antes por el fiscal de Rabat, al tiempo que se aceleraba un juicio que tenía pendiente por sacar ilegalmente divisas del país. Fue condenado a 10 meses de cárcel.

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Ex policía secreto

Paralelamente, el ex policía secreto Ahmed Bujari está publicando en Al Ahdat al Magrebia, el primer diario de Marruecos, un serial en el que acusa a varios políticos de haber sido confidentes de los servicios secretos de Hassan II y de haberse enriquecido ilegalmente.

Su bestia negra es Mahjubi Aherdan, un dirigente berberista al que involucra con el asesinato de Mehdi Ben Barka. Aherdan ha protestado como también lo han hecho dos grupos parlamentarios que han instado al Gobierno a poner fin a la publicación del serial de Bujari.

No están claras cuáles serán las atribuciones de la comisión puesta en pie por Jettu para vigilar los supuestos excesos de la prensa. En todo caso, "carece de base legal", recalca Abdelmunaim Dilami, presidente de la Federación de Editores de Periódicos. "El código de la prensa no prevé la creación de ninguna comisión ministerial para examinar o controlar lo que se escribe", añade.

El nuevo código de la prensa entró en vigor en octubre de 2002 y supone un avance, con relación a la legislación de 1958, que los periodistas y editores de periódicos ven ahora en peligro.

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