El secretario de organización del PSC, delegado del Gobierno en Cataluña
El PP exige a Joan Rangel que renuncie a su cargo en el partido
El Gobierno nombrará en el Consejo de Ministros de mañana a Joan Rangel, de 54 años, nuevo delegado del Gobierno en Cataluña. Rangel es vicepresidente primero de la Diputación de Barcelona y secretario de organización del PSC, circunstancia que puso en alerta al Partido Popular, que ayer mismo le exigió que renuncie al cargo para evitar que la Delegación del Gobierno se convierta en una "sucursal del PSC".
Rangel es un dirigente de la máxima confianza del primer secretario de los socialistas catalanes y ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla, y responde exactamente al perfil que buscaban los socialistas catalanes para el cargo: tiene experiencia en gestión -compaginaba hasta ahora la vicepresidencia de la Diputación con la alcaldía de Caldes d'Estrac (Barcelona)-, la discreción es una de sus normas de trabajo y tiene plena sintonía con Montilla hasta el punto de que es su mano derecha en el partido.
Fuentes del PSC mostraron su satisfacción por el inminente nombramiento y restaron toda trascendencia a las críticas del PP. Los socialistas catalanes celebrarán su 10º congreso la penúltima semana de julio y hasta entonces Rangel continuará como secretario de organización. En el congreso se abordará si Rangel continúa o no en el mismo cargo, una posibilidad que sigue abierta.
El último ciclo electoral ha provocado que los principales cargos del PSC desempeñen hoy puestos de gran importancia institucional en todas las Administraciones: su presidente, Pasqual Maragall, es también el presidente de la Generalitat; el primer secretario, José Montilla, es ministro; el secretario de política municipal, Celestino Corbacho, es el presidente de la Diputación de Barcelona, y ahora el responsable de organización se convertirá en el delegado del Gobierno en Cataluña.
El congreso que prepara el PSC servirá precisamente para rediseñar la cúpula de la formación y adaptarla a esta situación inédita en la historia del partido: nunca antes los socialistas catalanes habían gobernado simultáneamente en las ciudades más importantes (con escasas excepciones), la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno central.
La elección de Rangel para la Delegación del Gobierno fue muy criticada por el PP, que le exige que renuncie a la secretaría de organización sin esperar siquiera al congreso que el PSC celebrará dentro de tres meses. El portavoz del PP en Cataluña, el diputado Daniel Sirera, consideró que "no es lógico" que Rangel compagine los dos cargos y le exhortó a "no convertir la Delegación del Gobierno en una sucursal del PSC".
Rangel sustituirá a Susanna Bouis, una independiente muy próxima al líder regional del PP, Josep Piqué. Bouis tomó el relevo en 2003 de Julia García-Valdecasas cuando ésta, siendo una destacada dirigente del PP catalán, fue nombrada ministra de Administraciones Públicas tras siete años de gestión, muy criticada por la izquierda. Sirera elogió el trabajo de ambas y pidió a Rangel que sea "el delegado de todos y no del PSC".
El futuro delegado del Gobierno declinó ayer hacer declaraciones hasta que sea nombrado por el Consejo de Ministros. El lunes dejará la alcaldía de Caldes d'Estrac y la vicepresidencia de la Diputación y previsiblemente tomará posesión el martes.
La consejera de Interior de la Generalitat, la socialista Montserrat Tura, se mostró muy satisfecha por el nombramiento: "Es una persona dialogante, experimentada, que ha sido alcalde, es buen gestor y tiene un buen conocimiento de todas las instituciones catalanas; es inmejorable, ejemplar", informa Europa Press.
Sólo el PP puso reservas al nombramiento de Rangel, que fue especialmente bien acogido por Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Su portavoz, Dolors Camats, celebró que se haya optado por "una persona que conoce bien el territorio y que, por su experiencia como alcalde, puede ayudar a afrontar las dificultades del mundo local".
"El último delegado"
Tanto los partidos que acompañan al PSC en el Gobierno catalán -Esquerra Republicana (ERC) e ICV- como Convergència i Unió (CiU) felicitaron a Rangel pero expresaron su deseo de que sea "el último delegado del Gobierno" puesto que los tres partidos defienden la Administración única. "Esperemos que tenga tan poco trabajo que, a medio o largo plazo, desaparezca esta figura obsoleta y anacrónica", afirmó el portavoz de ERC, Joan Ridao. El mismo conseller en cap, el republicano Josep Bargalló, afirmó que cuando el Estado "sea realmente" un Estado de las Autonomías "no tiene ningún sentido" que "tenga una estructura propia" en Cataluña.
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